martes, 9 de septiembre de 2008

Presentación de la novela "Entre el Cielo y el Infierno, un Universo dividido" de Isabel Sabogal

En esta presentación he de hablar sobre mi obra, y por lo tanto sobre mi y mi creación. Pero antes que nada, preguntémonos quién soy yo qué cosa es la creación. ¿Sigue siendo acaso aquella chispa, aquel hálito divino que hizo vivir y morir a los poetas, aquel canto inspirado por las musas en el momento máximo de la creación? ¿Y quién soy yo en medio de eso? ¿La diva que une el mundo de arriba, ese mundo sutil y difuso de las ideas y los sueños, con este mundo real del aquí y el ahora, del pan y la comida y los pañales que quedan por lavar? ¿O ni siquiera soy eso? Sino tan sólo un cuerpo femenino, condicionado socialmente, nacido en tal y cual año, educado en tales y cuales colegios y culturas, que algún día de invierno caminara sin rumbo por las calles de Miraflores, por Wilson o la Colmena, entremezclando sus pasos con una multitud de gente.
Si quienes nos hemos criado a caballazo entre varios mundos y culturas sabemos que la realidad no es algo concreto y tangible, sino una materia sutil que vamos modelando a nuestra imagen y semejanza, como si reconstruyéramos eternamente los primeros días de vida en el jardín del Edén. Entonces, si podemos elegir entre los múltiples ropajes y formas, que nos sirven para ocultar nuestra propia identidad, aquello que es indecible en esta farsa de la vida, elegiremos, no aquello que supuestamente coincide con nuestra condición social, generación o sexo, que a la larga son cosas externas, sino aquello que es lo más hermoso.
Entonces seré la diva inspirada por las musas en el momento máximo de la creación, y cuando escriba volaré, rompiendo los límites del tiempo y del espacio, sin necesidad de alucinantes para ello. Como me dijera cierto gran amigo al leer esta novela: “Tu no necesitas tronchos para volar”.
Como ejemplo de todo lo antedicho les leeré un poema y algunos párrafos significativos de esta novela. Me ha sido difícil escogerlos, pues la novela ha sido estructurada de tal manera que ningún párrafo está demás.

Isabel Sabogal D.

Texto de presentación del libro
el día cinco de setiembre de 1989
en “La Estación” de Barranco,
Lima;

(Estando a agosto del 2016, luego de haber tenido la experiencia de presentar varios libros, considero que este texto no refleja ni en lo más mínimo el complejo universo de la novela). 

Epílogo de la novela "Entre el Cielo y el Infierno, un Universo dividido" de Isabel Sabogal (fragmento)

Con Gerard Szkudlarski. Lima, Miraflores, 1988
Se trata pues de una novela fantástica cuya acción se desarrolla “fuera de lugar” (utopía) y “fuera de tiempo” (ucronía). La “Inónime” protagonista “que quiso y no pudo ser Cristina” - alter ego de la escritora – recorre aparentemente – espacios fantásticos en tiempos ambiguos. La trama diegética no deja nunca a pesar de los estratagemas y procedimientos descritos , de ser “la narración del mundo privado en un tono privado” (7).
Parecería, que tanto el “Cielo”, como la “Tierra” y el “Infierno”, al igual que los seres que habitan los tres mundos son proyecciones mentales de la novelista evocados mediante la aproximación inductiva y la expresión cinestésica (8). Todos ellos vectores de su imaginación creativa.
Todas estas proyecciones ambivalentes (9), indagaciones cognoscitivas y/o actos intuitivos poseen la frágil consistencia ectoplásmica que les otorga la imaginación poética de Isabel Sabogal. Pero poseen también la fuerza decisiva de lo a-temporal y de lo a-espacial -abstraído por tanto – de la acción transmutadora de las leyes naturales. Del universo fantástico de la novela, sólidamente estructurado parten algunos brotes de otras expresiones vecinas: lo mágico, lo maravilloso, lo extraño, lo sobrenatural, lo esperpéntico, lo diabólico y también lo realista (10). Acaso sea lícito y oportuno señalar algunas semejanzas y/o paralelismos – a nivel anecdótico – entre la presente novela – y otras obras y géneros: el drama romántico, la novela gótica, los relatos de Kafka. “A puerta cerrada” de Jean Paul Sartre. “La Divina comedia” de Dante, “El Inónime” de Samuel Becket, “Relatos de Belzebuth a su nieto” de G.I. Gurdieff y “En busca de lo maravilloso” de Uspensky. No tiene mayor importancia si la novelista había bebido mucho, poco o nada en todas o en algunas de las mencionadas fuentes.
El león está hecho de la carne de los corderos que ha comido – sin que sea por ello cordero” decía Goethe. A su vez de ser cierta la hipótesis de la “Pantomnesia” (Omnimemoria) del subconsciente colectivo, de la consciencia acumulativa que construye y alimenta la esencia sartreana de todo ser humano, ningún contenido, ninguna idea sería privativa de una mente en particular.
En tal caso lo decisivo sería no el qué, sino el cómo, es decir la forma y/o el estilo, y en este aspecto la obra de Isabel Sabogal es significativamente original y marcadamente existencial. En la dimensión creativa las conversaciones de la Inónime (Namenlose) protagonista con Dios, con los ángeles y con los demonios son tanto o más consistentes que los diálogos naturalistas que entablan los personajes de las novelas de Émile Zola. Es a partir de este “realismo” de tercer grado o realidad tercera (11) y más allá del imbroglio diegético, a menudo serial, polisémico y con diferentes contrapuntos, tanto situacionales como temporales que se hace posible distinguir e identificar las principales “ideas-fuerza”, verdaderas obsesiones existenciales de una mente única y agonal que no cejará en su empeño gnoseológico. Se trata de una mente bi-valente: narrador/personaje.

Gerard Romuald Szkudlarski
Fragmento del epílogo de la novela "Entre el Cielo y el Infierno, un Universo dividido" de Isabel Sabogal.

(Véase aquí el texto completo del epílogo).

jueves, 4 de septiembre de 2008

Fragmento del antiblog (seis)


Volver a esta ciudad luego de tantos años era como volver a la ciudad de los muertos y moribundos. De sus piedras y veredas iban surgiendo no sólo los recuerdos de la más tierna infancia, sino también los rostros de quienes ya se fueron. Sentirte de pronto terriblemente vieja, como si ya hubieras vivido todo lo vivible en el Universo. Y sin embargo era cierto, niña angelical. Y sin embargo sabías que recién habías atravesado la mitad del camino a recorrer. Todo lo que alguna vez tuvo sentido para ti, dejaba de tenerlo. Publicar libros, novelas, poemarios, ver tu nombre impreso en el periódico...

Lima, 19 de agosto del 2008