Esta será una breve reseña del libro "La inaudita eslavidad" de la estudiosa de filología y cultura polacas, Maria Janion. Y aclaro que el término eslavidad, poco usado en español, se refiere al mundo y la cultura y/o culturas eslavas.
Entre los muchos temas que toca el libro, la autora nos habla de tres vertientes del pensamiento polaco. La primera de ellas estaría representada por Zorian Chodakowski, quien a inicios del siglo XIX, recopilara mitos y leyendas en los terrenos que ahora pertenecen a Lituania y Bielorrusia. (En la región de fronteras movedizas, como dijera yo alguna vez). Según Chodakowski, la cultura eslava en realidad es pagana, estando apenas recubierta por un barniz cristiano. Cabe anotar que la mayoría de sus recopilaciones aún no ha sido publicada. Éstas siguen durmiendo el sueño de los justos en los archivos de los que nadie las ha desempolvado. Sin Chodakowski, nos dice Maria Janion, no hubieran existido ni „Los abuelos" (Dziady) de Adam Mickiewicz, ni „El Rey Espíritu” (Król duch) de Juliusz Słowacki, dos obras cumbres de la literatura polaca. Formaron parte de esta vertiente, el historiador Joachim Lelewel y me parece que también el gestor cultural Piotr Skrzynecki, entre otros.
La segunda vertiente, representada por el autor de novelas históricas Józef Ignacy Kraszewski y el pintor Jan Matejko, entre otros, es la oficial, la que considera que la civilización en Polonia comenzó con el bautizo en el rito latino, en el que perdura hasta ahora. Lo anterior fueron siglos de paganismo salvaje, que ni siquiera vale la pena mencionar.
Sigue luego la tercera vertiente, la que considera que Polonia fue bautizada en el rito oriental en el siglo IX y que la lucha entre el príncipe Masław y Casimiro el Restaurador en el siglo XI, fue una lucha entre el cristianismo latino y el oriental. Luego de la muerte de Masław y el triunfo de los seguidores del rito latino, Polonia quedó varada en una encrucijada en la que se encuentra hasta ahora. "Al este de Occidente y al oeste de Oriente" como diría Sławomir Mrożek en alguna de sus obras.
Otro de los temas tratados en el libro es el de la alegoría de Polonia, la cual a lo largo de todo el siglo XIX fuera representada por una mujer doliente. Como ejemplo tenemos la imagen de la carátula del libro, que reproducimos aquí. Se trata de la reproducción del fragmento de un cuadro de Jan Matejko, en la que vemos a Polonia arrodillada y enlutada, a punto de ser esposada. Los militares que rodean al herrero, quien está a punto de hacer su trabajo, visten el uniforme del Imperio Ruso. A la derecha de Polonia está Ucrania, vestida de blanco, quien es arrancada a la fuerza de su lado. A la izquierda yace el cuerpo sangrante de Lituania. Sobre la pared vemos un anuncio con el número 1863, número del año en el que se produjo un levantamiento polaco contra el Imperio Zarista, el que fue cruelmente acallado.
Estas representaciones alegóricas cambiaron al entrar el siglo XX y producirse la independencia de Polonia en 1918. Un ejemplo de ello es la obra de Jacek Malczewski, quien representó a Polonia en muchos de sus cuadros, como una joven hermosa y seductora, llena de vitalidad y alegría, pero nunca de manera doliente.
Esta ha sido una pincelada de apenas dos temas de un libro, a través del cual la autora pretende motivar a los polacos a repensar su propia identidad e historia, así como su lugar en el mundo.
Ficha bibliográfica:
Maria Janion: "La inaudita eslavidad" (Niesamowita Słowiańszczyzna)
Cracovia, Wydawnictwo Literackie, 2017
Idioma: Polaco
Ficha bibliográfica:
Maria Janion: "La inaudita eslavidad" (Niesamowita Słowiańszczyzna)
Cracovia, Wydawnictwo Literackie, 2017
Idioma: Polaco
No hay comentarios:
Publicar un comentario