¿Es que acaso se puede escribir sobre algo tan íntimo y doloroso como solo puede serlo nuestra propia vida? ¿Y escribir para quién en este caso? ¿”Dla mew i mgieł od morza”* – como diría Milosz? ¿O escribir para uno mismo, para liberarnos de esos fantasmas que nos atormentaran durante los años del autoencierro y el silencio? ¿Escribir en idiomas incomprensibles y en alfabetos indescifrables para así poder resguardar el secreto de nuestro sufrimiento indecoroso?
Cusco, diciembre del 2001
* Para las gaviotas y la niebla marina
* Para las gaviotas y la niebla marina