Ya en setiembre, al comenzar el otoño, las hojas de los árboles se tornan anaranjadas, rojas y amarillas. Y es por eso que a la primera parte del otoño se la suele llamar en polaco “el otoño dorado” (
Złota jesień). Es como si la naturaleza entera brillara de oro ante ti. Luego caen las hojas y es como si caminaras sobre una alfombra dorada. Y después llega noviembre, el último mes del otoño, que en polaco se llama
listopad, lo cual significa literalmente “cuando se caen las hojas”, pues es el mes en el que acaban de caerse las hojas de los árboles. Los vientos suelen ser muy fuertes, con mucha lluvia y a veces granizo y nieve.
La gente y la naturaleza entera se prepara para el invierno que se avecina. En el campo se suele ver bandadas de pájaros, alistándose para partir en vuelo hacia los países cálidos de donde retornarán recién en primavera y también bandadas de pájaros sobrevolando ya los campos. Otros animales se acomodan en sus guaridas para invernar. Los insectos, antes de morirse de frío, ponen los últimos huevos. Desde mediados de octubre en los pueblos y ciudades se empieza a calentar los ambientes de las casas, ya sea con calefacción o con carbón. Ya a comienzos de mes la gente de los pueblos, se va abasteciendo de carbón, para tener con que calentar los hornos de sus casas, establos, y ambientes donde pasarán los animales el invierno. El Servicio Social reparte carbón a las familias indigentes, para que nadie se muera de frío en esa época del año. Los campesinos calculan si el forraje que juntaron, segando el pasto de los campos en verano, será suficiente para que los animales sobrevivan al invierno, hasta que vuelva a crecer nuevamente el pasto y puedan salir a pastar. Se hacen los últimos arreglos de las casas, viendo de no dejar ningún resquicio por el que pueda meterse el frío. Las amas de casa van disecando los hongos y preparando mermeladas de las manzanas que se cosechó en setiembre, para llenar la despensa. Comunmente ya la despensa está a medio llenar con las mermeladas de fresas y frutas silvestres que se recogió en verano y otros productos más. Sobre todo en el campo la idea es que el sótano y/o la despensa estén lo más llenos posible, para no tener que salir a comprar en invierno, cuando tal vez arrecie un frío de veinte grados bajo cero o más, la nieve y el hielo cubran los caminos y se haga difícil transitar.
Simbólicamente se representa al otoño como una hermosa doncella, vestida con un traje de hojas multicolores, de todas las tonalidades que van del amarillo al rojo, a través del castaño, el anaranjado y el oro, dejando una reguera de hojas a su paso. El tema del otoño y del paso de las estaciones en general está muy presente en la literatura polaca.
Los días son cada vez más cortos, más oscuros y más fríos. Noviembre comienza con la fiesta de Zaduszki, dedicada a los muertos al día siguiente de Todos los Santos. Es como un anticipo simbólico de la muerte de la naturaleza entera, que se avecina bajo la forma del invierno, y de la cual despertaremos a la vida, recién en primavera.
Isabel Sabogal Dunin-Borkowski
Publicado en la Gazetka "Dom Polski"
Lima, Perú, setiembre del 2009