"Todo está hecho a la medida de ti misma" estará a la venta en el stand 13 de la 27a Feria Internacional del Libro de Lima, la cual se realizará del 21 de julio al 6 de agosto del presente año. ¡Aún están a tiempo de adquirirlo a un precio cómodo!
sábado, 22 de julio de 2023
Mi poemario en la Feria Internacional del Libro de Lima 2023
Etiquetas:
Poesía,
Todo está hecho a la medida de ti misma
martes, 4 de julio de 2023
El maleficio de los sueños
Tal como comenté en la entrada anterior, este 25 de junio, se cumplió el primer aniversario de la presentación de mi poemario „Todo está hecho a la medida de ti misma” en la ciudad de Cusco.
Con tal motivo comparto aquí el poema, que durante el evento, interpretó el actor Gonzalo del Águila. Nuevamente gracias, Gonzalo.
El maleficio de los sueños
A mis hijos
—Niña rubia y gentil —dijo la vieja,
Olvida al fin los sueños y ponte ya a vivir,
comprende que no existen ni hadas ni fantasmas,
el azar rige los hechos y nada más que eso,
no han trazado tu vida ni las estrellas ni las líneas de la mano.
Nada existe, comprende, ni lagunas, ni encantos,
ni seguros, ni cruces, ni vírgenes piadosas.
En la vida no existen más que albas y ocasos,
y mañanas y tardes, estaciones y años;
y los sueños y poemas, sí, pero tan sólo
para las horas libres del fin de semana.
Nada existe, comprende, ni tampoco los indios,
ni los brujos, ni negros, ni adivinos, ni astrólogos,
sólo existe el azar y nada más que eso,
los pañales y el precio del pan y de la leche.
Nada existe, comprende, pues lo que se nos escapa,
simplemente no existe, ni jamás existió,
más que en las horas de ocio del fin de semana.
—Niña rubia y gentil —dijo la vieja,
Toma este fruto, te dará la vida eterna,
te dará la belleza y hermosura,
la agilidad, bondad y encanto.
Muerde pronto nomás el fruto prohibido,
pronto, muy pronto, que ya llegan los enanos.
Olvida al fin los sueños y ponte ya a vivir,
comprende que no existen ni hadas ni fantasmas,
el azar rige los hechos y nada más que eso,
no han trazado tu vida ni las estrellas ni las líneas de la mano.
Nada existe, comprende, ni lagunas, ni encantos,
ni seguros, ni cruces, ni vírgenes piadosas.
En la vida no existen más que albas y ocasos,
y mañanas y tardes, estaciones y años;
y los sueños y poemas, sí, pero tan sólo
para las horas libres del fin de semana.
Nada existe, comprende, ni tampoco los indios,
ni los brujos, ni negros, ni adivinos, ni astrólogos,
sólo existe el azar y nada más que eso,
los pañales y el precio del pan y de la leche.
Nada existe, comprende, pues lo que se nos escapa,
simplemente no existe, ni jamás existió,
más que en las horas de ocio del fin de semana.
—Niña rubia y gentil —dijo la vieja,
Toma este fruto, te dará la vida eterna,
te dará la belleza y hermosura,
la agilidad, bondad y encanto.
Muerde pronto nomás el fruto prohibido,
pronto, muy pronto, que ya llegan los enanos.
—Niña rubia y gentil —dijo la bruja,
Nadie te engaña ni te odia, eres hermosa,
es en tus ojos y en tu talle de sirena
donde se pierde y se reencuentra,
donde se cierra y se reabre,
donde se sufre y donde goza
la canción máxima del Universo.
—Goza el momento, niña hermosa
que el tiempo va pasando,
y si no muerdes la fruta prohibida,
mañana ya habrá pasado todo,
y no serás más que una pobre anciana,
fea y gastada por los golpes de la vida.
—No hay príncipes azules, niña hermosa,
y ninguno se acerca a rescatarte
del sueño y maleficio con un beso.
—No hay castillos dorados en las nubes etéreas
y hasta la rosa más roja es una flor medio marchita,
el príncipe es un sueño y nada más que un sueño,
y la vida añorada, niña hermosa,
es un collar de días con albas y mañanas,
platos lavados y pañales por tender,
albas y ocasos y nada más que eso.
—Muerde ya pronto el fruto prohibido,
pronto, ya pronto, que ya llegan los enanos.
Nadie te engaña ni te odia, eres hermosa,
es en tus ojos y en tu talle de sirena
donde se pierde y se reencuentra,
donde se cierra y se reabre,
donde se sufre y donde goza
la canción máxima del Universo.
—Goza el momento, niña hermosa
que el tiempo va pasando,
y si no muerdes la fruta prohibida,
mañana ya habrá pasado todo,
y no serás más que una pobre anciana,
fea y gastada por los golpes de la vida.
—No hay príncipes azules, niña hermosa,
y ninguno se acerca a rescatarte
del sueño y maleficio con un beso.
—No hay castillos dorados en las nubes etéreas
y hasta la rosa más roja es una flor medio marchita,
el príncipe es un sueño y nada más que un sueño,
y la vida añorada, niña hermosa,
es un collar de días con albas y mañanas,
platos lavados y pañales por tender,
albas y ocasos y nada más que eso.
—Muerde ya pronto el fruto prohibido,
pronto, ya pronto, que ya llegan los enanos.
—Deja atrás sueños y príncipes azules,
eso no existe, comprende, ya no sigas,
deja envolverte por la telaraña de la vida,
de aquel tejido de tardes y mañanas,
de aquel yo, tú, ayer no es hoy, nosotros.
Comprende que no eres tan sólo lo que quieres,
sino también la imagen que de ti hemos forjado
en el reflejo tenue de la vida verdadera,
que hemos apodado realidad.
—Compréndelo, por Dios, que el tiempo ya se acorta,
compréndelo y muerde el fruto prohibido,
que ya llegan, ya llegan los enanos.
eso no existe, comprende, ya no sigas,
deja envolverte por la telaraña de la vida,
de aquel tejido de tardes y mañanas,
de aquel yo, tú, ayer no es hoy, nosotros.
Comprende que no eres tan sólo lo que quieres,
sino también la imagen que de ti hemos forjado
en el reflejo tenue de la vida verdadera,
que hemos apodado realidad.
—Compréndelo, por Dios, que el tiempo ya se acorta,
compréndelo y muerde el fruto prohibido,
que ya llegan, ya llegan los enanos.
Krzeszowice, junio de 1990
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