Dos semanas después, para Fiestas Patrias salió publicado el poema Cayara en la edición dominical del diario “El Sol” del Cusco. Ese fue el primero de más de quince poemas que salieron publicados periódicamente en las ediciones dominicales del diario “El Sol” entre el 2002 y el 2004 gracias a la gestión del Sr. Celestino Peralta, encargado de la sección cultural del diario.
La ascención a la fama local fue rápida. En el Nº 17, correspondiente a Noviembre del 2002 a Enero del 2003 de la revista Sieteculebras, dirigida por Mario Guevara, se publicó el artículo "Los poetas vivos y más vivos del Perú y de otras latitudes", en el que Pedro Granados alaba mi poesía.
En agosto del 2003 en una parrillada en la chacra del poeta Vladimiro Herrera en Urcos Carmen Escalante me invitó a coparticipar en la organización del III Encuentro Surperuano de Escritoras que se realizó el cinco, seis y siete de setiembre en el auditorio del Colegio Andino del Centro Bartolomé de las Casas en Cusco. Conseguimos los auspicios y armamos el programa del Encuentro con Carmen, quien consiguió el local. En la parte logística nos apoyaron un tanto Marina Escobar y Emperatriz González. Con Carmen movimos prensa y salimos en los medios. Recuerdo una entrevista en la televisión hecha por Mario Martorell en la cual no me aguanté la risa ante la pantalla. Llegó gente de Puno, Arequipa, Ayacucho, Huancayo, Lima. Participó también Helena Usandizaga quien es profesora de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Barcelona. Conocí a las escritoras cusqueñas, tanto a las cusqueñas netas, como a las que son cusqueñas por adopción como Gabriela Cuba. El día de la inauguración participé con la ponencia "Sobre la elección de la lengua literaria". Fue una experiencia muy bonita.
Armamos el Encuentro como Colectivo de Escritoras del Cusco, pero tuvimos la nefasta idea de convertir el Colectivo en la Asociación de Escritoras del Cusco. Nefasta pues en una Asociación más de uno o una quiere figurar como Presidente o Presidenta, se quiebra la unidad y comienzan las rencillas.
Organizamos luego el Seminario "La Mujer y la Literatura" en marzo del 2004 en el auditorio del Museo Inka del Cusco. Participé en el Recital Vallejiano de Poesía organizado por Enrique Rozas Paravicino el 15 de abril del 2004 en la Biblioteca Municipal del Cusco.
Juramenté como Presidenta de la Asociación de Escritoras del Cusco el cuatro de junio del 2004 en el Refectorio de San Bernardo, local del Instituto Nacional de Cultura del Cusco. Desde octubre del 2004 hasta junio del 2005 presenté siete libros, dos de los cuales prologué. Aquí van los enlaces a los textos de algunas de las presentaciones, ordenados de manera cronológica: El delito de nacer, Sinfonía del rayo y de la luna, El nuevo Pinocho y Lunas de añil. Agradezco en especial el apoyo de Carmen Escalante y sus hermanas. Agradezco también el apoyo de Gladys Concha Flores e Iñakapalla Chávez Bermúdez.
En octubre del 2005 retorné a Lima luego de dieciséis años de ausencia. A pesar de la nota publicada en “El Comercio” de Lima sobre el III Encuentro Surperuano de Escritoras la noticia sobre el trabajo realizado no había trascendido practicamente las fronteras regionales. Con algunas excepciones como Willy Gómez o Armando Arteaga, quienes si vinculaban mi nombre al quehacer literario en el Cusco.
Esta dificultad e incluso casi imposibilidad de trascender las fronteras regionales es el drama de todos aquellos que crean en provincias, sean lugareños por nacimiento o por adopción. No hablaré más sobre el tema porque ya ha sido suficientamente voceado en los medios. Lo que si diré es que la pegada de bajar de la cima de la fama, por más local que sea, al llano, no es nada agradable. Sientes como si tanto esfuerzo realizado fuera nulo. Pero pasa el tiempo, te acomodas a la nueva situación y vuelves a la carga.
Lima, 20 de junio del 2008
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