Capilla ecuménica |
El antiguo Cementerio Británico fue
creado por Decreto Supremo del Gobierno del Perú en 1834. En 1836 se
entregó la propiedad del terreno adjudicado, en lo que en aquel
entonces era el pueblo de Bellavista, al Cónsul General de Su
Majestad Británica en el Perú. Los súbditos británicos residentes
en el Perú fueron los encargados de la construcción y
administración del cementerio. En 1955 se creó el “nuevo”
Cementerio Británico, sito en la cuadra 21 de la Av. Colonial,
también en el distrito de Bellavista. (Fuente: Página del cementerio). Colinda con el Cementerio
Judío y éste a su vez con el Cementerio Baquíjano y Carrillo del
Callao.
Nos preguntaremos, por qué
existiendo tantos cementerios, los británicos se empecinaron en
tener el suyo en territorio peruano. Responderé a ello, repitiendo,
lo que hace muchos años ya, me contaba mi madre. En aquel entonces
en el Perú solo existían cementerios en los que se enterraba en
nichos, costumbre inconcebible en la mayoría de países europeos,
aparte de España, Portugal y el sur de Italia. Mi madre me decía
que para enterrar a alguien allí, había que demostrar su
procedencia europea, no ibérica, requisito que ahora ya se dejó de
exigir. Me decía también que en las capillas de los demás
cementerios, sólo se podía oficiar misa católica, mientras que en
el Británico hay una capilla ecuménica en la que se puede oficiar
cualquier rito cristiano, ya sea católico, ortodoxo, anglicano, o de
cualquier otra confesión protestante.
Es por eso que vemos allí lápidas
con nombres y apellidos alemanes, rusos, polacos, húngaros, croatas,
griegos y otros más. Vemos también lápidas talladas totalmente en
la lengua de origen, así como otras en alfabeto griego o cirílico.
Como si fuera un símbolo de la muerte venciendo todas las
enemistades al juntar en la misma tierra a todos aquellos que
lucharon entre sí en el continente europeo, pero que a pesar de
todas las diferencias tenían algo en común: la costumbre de ser
enterrados bajo tierra…
Costumbre que está muy arraigada
también en la cultura polaca, tal como lo muestra, a modo de
ejemplo, este verso extraído de un canto popular en la descripción
de un entierro, hecha en el relato “En el valle del Sakwa” (W
dolinie Sakwy) de Maria Konopnicka, el cual nos dice que el hombre:
...Chciałby sobie cicho spać u
matuchny ziemi – Quisiera
dormir en silencio donde la
madrecita tierra.
Publicado en la Gazetka "Dom Polski"
Lima, Perú, N° 91
Octubre - Noviembre del 2015
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