Reseñaremos aquí la novela "La putrefacción", segundo libro de la saga "Los anillos del cuervo" de Siri Pettersen. La novela "La hija de Odín", el primer libro de la misma, que comentamos en la entrada anterior, finalizó con Hirka, el personaje principal, cruzando el umbral hacia el mundo de los humanos, mundo al que supuestamente pertenece.
Es así como Hirka llega a la ciudad de York en Inglaterra, sin tener ni la más remota idea de adonde ha llegado. A un mundo poblado de carros, ascensores, teléfonos celulares, aviones y demás. Debe aprender para que sirven todas esas cosas, así como debe aprender el inglés, ya que allí nadie comprende el idioma de Ym, ni sabe siquiera de la existencia del mundo del que ha llegado.
En medio de su incertidumbre la acoge el padre Brody, quien aunque sabe que no tiene ningún documento de identidad, se apiada de ella, y le permite refugiarse con Kuro, cuervo con el que Hirka cruzó el umbral, en los altos del campanario de la iglesia. Además le da una propina a cambio de trabajos menudos que Hirka hace para él, como lavar la vajilla y hacer las compras. Pronto aparece una mujer del servicio social a preguntar por ella y Hirka sabe que debe escapar.
Pero antes de que lo logre aparecen otros seres que la buscan, quienes están a servicio de Graal, poderoso nárbyrn, que habita entre los humanos. Los ciegos o nárbyrn son llamados umpiri en su propio idioma. Umpiri significa aquel que habla la lengua verdadera.
La trama se va complicando cada vez más. Aparece Stefan Bamore, joven humano, cazador de los siervos de estos seres, a los que él llama los olvidados. Resulta además que en el cuerpo de Kuro, habitaba Naiell, el así llamado vidente por los pobladores de Ym. Naiell es hermano de Grall, con quien había librado la guerra por las comarcas de Ym hacía mil años. Y es que los umpiri son quasi inmortales, mueren "jóvenes" sólo si alguien los mata, y empiezan a envejecer luego de miles de años de existencia. Ambos hermanos pertenecen a la casta de los dreyri. Dreyri significa los primeros o los de la primera sangre, pues estaban, antes que los demás seres, en el Universo. Y quienes, por eso mismo, desprecian a los demás. Tanto a los aetling y los humanos, cuya vida es efímera, como la de un insecto, que vive un solo día, como a los que, siendo de su Universo, no pertenecen a su casta. Tienen además una regla que nunca quiebran: un dreyri no mata directamente a otro dreyri.
Hirka, Naiell y Stefan conforman un trío particular, enfrentando juntos las vicisitudes que se presentan en el camino. Hasta que Hirka se entera de que Graal es su padre y se entrevista personalmente con él. Hirka es pues una mezcla de humana y de umpiri, los dos seres más depreciables para los aetling, habitantes del mundo en el que se ha criado. Pero asimismo pertenece a la casta de los dreyri, y su sangre tiene poder curativo. Se entera también de que todo lo que le enseñaron sobre El vidente era mentira, quien lo único que quería era nutrirse de Evna, la energía de la tierra, para ser adorado como un dios por los habitantes de Ym.
La novela, al igual que la anterior, finaliza con Hirka cruzando el umbral entre dos mundos. Pero en este caso se trata del mundo de los humanos y el mundo de los umpiri. Lleva consigo en ofrenda el corazón de Naiell, quien por encargo de Graal, ha sido ajusticiado.
Ésta más que una reseña ha sido en realidad una pincelada, de un libro de más de quinientas páginas, con muchas otras historias entrelazadas en su trama, y cuya lectura recomendamos a los amantes de la literatura fantástica.
Ficha bibliográfica:
Siri Pettersen: "La putrefacción" (Zgnilizna)
Siri Pettersen: "La putrefacción" (Zgnilizna)
Saga: "Los anillos del cuervo" (Krucze pierścienie)
Traducción del noruego al polaco: Anna Krochmal y Robert Kędzierski
Poznań, Editorial Rebis, 2016
Número de páginas: 527
Número de páginas: 527
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