sábado, 6 de julio de 2019

Sobre el primer tomo de la novela "Virion" de Andrzej Ziemiański

Esta será una breve reseña del libro „Virion. El oráculo”, primer tomo de la novela „Virion” de Andrzej Ziemiański, la cual forma parte de la serie „El Imperio de Acaya”. Si bien escrita y publicada después de „Acaya”, describe los hechos sucedidos antes que el destino pusiera a Virion y Acaya frente a frente en un duelo que ella ganó; iniciando de esa manera su carrera política y militar, que conduciría a la caída del Imperio de Luan.
El autor nos dice que quería describir la maldad personificada, explicar de dónde surgió Virion y cómo así se volvió malo; pero que el personaje que creó se ganó la simpatía de los lectores, quienes lo consideran rebelde, más que malo.
La novela está pues ubicada en el Universo de Acaya; en el Imperio de Luan, sociedad cruel y despiadada, donde los esclavos eran tratados peor que los animales. Sociedad múltiple y variada, con la Orden, cuyos miembros despreciaban al resto de la humanidad, con magos, sacerdotes, templos, peregrinaciones, ofrendas y demás. Con la fabulosa ciudad de Syrinx y el riquísimo puerto de Negger Bank. Y, tras alguno de sus confines, con el minúsculo reino de Arkach, del que la madre de Virion se mofaba, al enterarse que su ejército estaba conformado sólo por mujeres.
Y fue en el mero centro del Imperio de Luan, en la pequeña ciudad de Mygarth, donde Virion llegó al mundo. Su padre se dedicaba a comprar esclavos, hacerlos curar en un hospital que había construido para tal fin, seleccionarlos según sus calificaciones y venderlos a mejor precio. Sus negocios lo tenían muy ocupado, por lo que Virion apenas lo veía. Su madre se dedicaba principalmente a la poesía, sin percatarse bien de lo demás que sucedía a su alrededor. Por ende Virion se criaba, sin mayor contacto con sus padres. Siendo la persona más cercana a él, el médico que curaba a los esclavos, de quien aprendió varias de sus artes, así como los esclavos mismos. Y fue justamente el médico quien le anticipó, que algún día los esclavos se rebelarían, cosa que sucedió muchos años después, cuando éstos apoyaron a Acaya.
Sin embargo, ni el ser ayudante de médico, ni la cocina, ni la música, vale decir ninguno de los temas en los que era bueno, se consideraban propios de un joven de buena familia. Habiendo llegado a la edad pertinente, empezó a asistir al Gimnazjon, escuela donde se formaban los jóvenes de su condición, no sólo en lo intelectual, sino también en el arte de la lucha.
Como buenos adolescentes, los chicos se sentían atraídos por las chicas que estudiaban en la escuela de mujeres, con las que se cruzaban saliendo de clases. Virion se enamoró a la distancia de la hermosa Aride, pero no se atrevía a acercarse a hablarle. Lo sacó del apuro su confidente y mejor amigo Parte, quien se la presentó. ¡Y cuál no sería su felicidad, al ser sus requerimientos aceptados por Aride! Desde ese entonces se encontraban en los parques, donde él, al son de las aguas de la fuente más cercana, le leía y recitaba poemas de amor.
Todo ese mundo idílico acabó el día en que Virion encontró a su idolatrada Aride en brazos de Parte. Sucedió luego de que su padre convocara una reunión familiar para anunciar que había vendido la propiedad, con lo cual tenían dinero suficiente para mudarse al puerto de Negger Bank y vivir de sus rentas. Y se vio obligado a venderla, pues había muerto el médico que curaba a los esclavos, quien era por lo mismo, el sostén del negocio.
Virion deseaba compartir la noticia con Aride y pedirle que lo acompañara a Negger Bank, lo cual implicaba matrimonio. Aquel día estaba armado, pues había finalizado su educación en el Gimnazjon y la ceremonia de graduación implicaba presentarse en pleno armamento. Todo sucedió sin pensarlo. De pronto había matado a Aride y Parte en medio de la riña, sin haber pretendido hacerlo. 
Salió corriendo del lugar de los hechos, perdiendo la noción del tiempo y las cosas. Cuando volvió en sí, se encontraba en la cárcel lugareña, donde se enteró de estar acusado de haber matado a sus padres y de haber enterrado el dinero recaudado con la venta de la propiedad de su padre en algún lugar secreto.
¡Bien tenía razón el esclavo que interpretaba los sueños, al  conminarle la noche anterior, a que se fugara al fin del mundo!
En la prisión se hizo amigo de Melikles, su compañero de jaula, quien lo introdujo en los meandros del mundo al que había ido a parar. Lo primero que le dijo es que todos lo traicionarían. Y efectivamente, todos sus compañeros del Gimnazjon, a excepción de Lirion, quien ni siquiera era tan amigo suyo, declararon en su contra. Lo mismo se refiere a las compañeras de estudio de Aride.
Quien estaba a cargo de la cárcel era la prefecto Taida, hermosa muchacha recién llegada de la capital, cuyo amante, Nary, era cazador de reos fugitivos. Taida ideó una treta en la que esperaba hacer caer a Virion. Se trataba de facilitar su fuga, así como la de Melikles y Lin, la chica que compartía la jaula más cercana, para luego seguirlo y descubrir donde había escondido el tesoro. Melikles, hombre viejo y experimentado, advirtió a Virion que se trataba de tan sólo una trampa. Ambos fingieron creer en la sinceridad de la propuesta que el tatuador de la prisión había hecho a la chica, diciéndole que los sacaría de allí, a cambio de una suma que Virion le pagaría luego de desenterrar el tesoro. Y es que todo preso que entraba a la cárcel, quedaba marcado con un tatuaje en la espalda.
El tatuador cumplió con su promesa, haciéndolos salir en medio de un incendio provocado. En cuanto se alejaron de la prisión y la ciudad, lo primero que hizo Virion fue matar al tatuador. Luego cumplió con la promesa de matar a Melikles, quien ya no soportaba los dolores de su cuerpo viejo, sabiendo además que lo único que lo esperaba eran las torturas de sus carceleros. Después avanzó con Lin hacia unas cavernas que conocía desde niño, donde solía refugiarse a veces, cuando le venía el deseo de estar solo. Pero ella se negó a entrar, gritando a voz en cuello que la mataría. Virion se percató entonces que había sido comprada por los secuaces de la cárcel, a cambio de alguna falsa promesa. Se adentró pues cuanto antes, solo, en medio de las cuevas.
Los carceleros prendieron a Lin nuevamente. Y Taida, furiosa porque la chica dejara escapar a Virion, contrariamente al plan previsto, ordenó que le cortaran la lengua para que no pudiera contarle nada a nadie.
Taida envió a Nary con su gente detrás de Virion, pero éste, valiéndose de varias tretas, siguió fugándose. Finalmente, ya encontrándose lejos de Mygarth, sin poder encontrar trabajo y cansado de vivir como una presa acechada, decidió suicidarse. Ya estaba a punto de hacerlo, cuando apareció a su lado una mujer anciana de aspecto humilde, a quien no conocía. La desconocida lo hizo montar sobre un coche que estaba a la mano, dándole las riendas para que lo condujera y partieron de viaje. En medio del mismo la anciana le comentó que lo que él necesitaba es una mujer y que lo casaría con un espectro femenino. Virion se encontraba como en un estado de ensoñación, sin entender bien porqué le hacía caso en todo a la vieja.
Llegaron a la ciudad de Marrenmat, en la que se dirigieron directamente a un convento de mujeres. La chica que les abrió la puerta, los condujo a una sala de visitas, donde poco después, apareció la superiora. Cumpliendo con el pedido, o más bien dicho, la orden de la anciana, la chica retornó con una joven de cabello largo, quien babeando, se dejaba llevar, pareciendo estar del todo ausente. Confesó no saber, cómo ésta se llamaba. La anciana ordenó a Virion que le pusiera un nombre, que no fuera demasiado llamativo.
- ¿Niki? - dijo Virion a modo de pregunta y la chica se quedó con ese nombre.
Luego le preguntó a la vieja que pretendía hacer con ella y ésta le respondió que entregársela por esposa. Se le acercó y le susurró al oído, diciéndole que la chica era un espectro y que lo protegería, porque si no, Virion no sobreviviría ni dos días.
La anciana no cabía en sí de gozo. La superiora, que también se sometía a sus órdenes, como en un estado de sonambulismo, redactó y firmó un documento oficial, con la información de que el convento entregaba a la joven Niki bajo potestad y custodia de Virion.
Virion comentó que no sabía que en el mundo existieran todavía los espectros. A la anciana el comentario le pareció divertido.
„- La gente tiene una idea bastante limitada del mundo - dijo - Y a veces me parece que los magos y sacerdotes aún menor.”
Cuando ya salieron del convento Virion preguntó que le pasaba a Niki, a lo que la anciana respondió:
„- ¿Niki? Todavía no ha despertado.
- ¿Y se despertará sola?
- Debería. - La vieja movió los hombros. - Aún no sabe quién es. No sabe porqué se diferencia tanto de otra gente.” **
Se dirigieron luego a un pequeño santuario, situado al pie de una roca, en un barrio humilde de la ciudad.
„Aquí hace siglos se encontraba la cepa del Gran Bosque. El Santuario de los Dioses.” *** - comentó la vieja. Ya durante el trayecto le había contado que en los santuarios de los Dioses, ubicados en el Gran Bosque que luego fue destruido, la fuerza de la magia era mucho mayor.
En el santuario llegó a un trato con el sacerdote, quien a cambio del coche y los dos caballos, aceptó casar a Virion y Niki, a pesar de que era evidente que la chica no era del todo normal. Y más llamativo era aún el traje nuevo de sacerdotisa, con el que la vistieron antes de salir del convento.
Cayó la tarde y Virion eligió un hospedaje barato para pasar la noche. La vieja sentó a Niki encima de la cama y dejó a un lado su bastón, diciéndole a Virion que al ser ésta su última conversación, trataría de explicarle todo lo posible. Luego de lo cual le dijo:
„- Son un matrimonio, pero es probable que no tengan hijos. Niki no es celosa y podrás hacer con otras chicas lo que quieras. Pero - y levantó el dedo a modo de advertencia - ella es tu esposa y ya nunca te casarás con nadie más.” ****
Le dijo luego que los espectros no estaban hechos para habitar con la gente, así que  no debía estar con ella demasiado tiempo. „Déjala de vez en cuando en un convento, cerca al camino, o en una finca campesina, un lugar donde tenga condiciones adecuadas. No estés con ella de largo un año seguido. Tú mismo sentirás que ambos necesitan descansar.” *****
Pero, le dijo, lo más importante es que siempre volviera con ella. Virion pidió que le confirme si de verdad era un espectro, preguntándole porque nadie sabía de la existencia de los espectros. A lo que la vieja le respondió que los campesinos sabían mucho sobre el tema. Que eran los magos, quienes tenían una idea muy remota del mismo, imponiéndola a toda la sociedad, por considerarse los más importantes. Que Niki lo protegería de aquello que atraía las desgracias hacia él. Evidentemente, Niki tenía una historia humana, pues alguien la había dejado en el convento, pero ella no la conocía. Y que ahora no había tiempo de averiguarla, pues Virion estaba en plena fuga. Que Niki aún no sabía quién era, pero que eso pronto cambiaría.
„- Recuerda una cosa. Tienes ahora un arma terrible en la mano - dijo.” ****** 
Esa arma, obviamente, era Niki. Le indicó luego que debía aprovecharla para luchar con ese algo que lo perseguía. Después procedió a despedirse.
„- Te libero - manifestó con una voz armoniosa. - Tengo que irme.” *******
Al desaparecer la figura de la mujer de la vista de la ventana, Virion sintió despertarse del extraño letargo en el que se encontraba sumido. La desesperación que lo condujo al borde del suicidio, había desaparecido.
Virion, acompañado de Niki, prosiguió la fuga, percatándose de que tenía a Nary pisándole los talones. Tras un montón de peripecias y algunos muertos de por medio, Nary y sus secuaces alcanzaron a Niki, en un bosque donde Virion la había dejado esperándolo, mientras él iba a Annate, la localidad más cercana, a buscar algo de comida. Demoró en regresar, pues las fuerzas del orden lo  habían prendido, logrando sin embargo, escapar.
Al retornar Virion se desató la lucha, que Nary estaba seguro de ganar, pues eran ocho contra uno. Pero no contaba con la participación de Niki, cuyos mordiscos en la yugular resultaron ser mortales. Al final de la batalla, el único que quedaba aún vivo era el esclavo Kila, quien trepado sobre un árbol, miraba aterrado a Niki que se le iba acercando.
- Niki, deja al señor - ordenó Virion y su esposa, aunque con cierto desgano, bajó sumisamente del árbol.
Luego Kila cortó las cabezas de sus compañeros muertos, para llevárselas a Taida. Pues como Virion dijo:
„-Mira, no es bueno que un superior no sepa que fue lo que pasó con su gente. (…) Pues entonces, la angustia de la ignorancia, puede hacerle emprender acciones incluso desmesuradas, con la esperanza de llegar al conocimiento de los hechos. Por eso he decidido que le llevarás la mala noticia a Taida.” ********
A lo que Kila, quien ya lo trataba de „mi señor”, le respondió:
„- Incluso una mala noticia es mejor que ninguna.” ********* 
El primer tomo acaba con Virion, acompañado siempre de Niki, llegando a la línea fronteriza, con la esperanza de liberarse de sus persecutores y emprender una nueva vida.


*  Andrzej Ziemiański, „Virion. El oráculo”, p. 346
**  Op. cit., p. 347
*** Op. cit., p. 350
**** Op. cit., p. 369
***** Op. cit., p. 369
****** Op. cit., p. 371
******* Op. cit., p. 372
******** Op. cit., p. 503
********* Op. cit., p. 503
Traducción: Isabel Sabogal Dunin-Borkowski

Ficha bibliográfica:
Andrzej Ziemiański: „Virion. El oráculo” (Virion. Wyrocznia)
Serie: „El Imperio de Acaya” (Imperium Achai)
Lublin, Editorial Fabryka Słów, 2017
Número de páginas: 506 
Idioma: Polaco

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