A
mis padres
Y
he aquí que lo tienen todo.
Fui
como el susurro de un tilo,
mi
nombre era Cristóbal,
y
además el cuerpo – eso es tan poco.
Y
hundiéndome hasta las rodillas en el resplandor
yo,
como un santo, había de llevar al Señor
a
través del río de animales, gentes, arena,
hundiéndome
en la tierra hasta las rodillas.
¿Para
qué un nombre así para una criatura?
¿Para
qué, madre, ese corte de alas?
¿Esa
lucha, padre, para qué – esa culpa?
Las
lágrimas de la tierra me penetran y desangran.
Pensabas,
madre: “El cargará,
él
nombrará aquello que duele, explicará,
recogerá
lo que cayó en mi, flor
-
decías – florece en el fuego de los símbolos”.
Padre,
la guerra es dura.
Decías,
deseando, sufriendo por la tierra:
“No
conocerás el desprecio humano,
cargarás
con el peso de la fama.”
¿Y
para qué una fe así para una criatura,
para
qué una herencia como una casa en llamas?
Antes
que pasen los veinte años,
se
le morirá la vida en lo dorado de las manos.
Y
para qué un pensamiento así como un pino,
es
muy alta su cumbre, cuando van talando el tallo.
Y
el camino así de simple,
cuando
el torpe corazón – es polvo.
No
sé nombrarlo, madre, duele demasiado,
es
demasiado fuerte el golpe de la muerte por doquier.
El
amor, madre – ya no sé si existe.
Aguzo
el olfato y
siento a Dios
desde lejos.
El
amor – qué concebirá – el odio, cuerdas de lágrimas.
Padre,
llevo un arma bajo la casaca,
las
noches oscuras – lucho, va marchitando la fe.
Padre
– así como tú – además de la libertad, tal vez la obra,
o
tal vez ya todo sea inútil.
De
día o de noche – madre, padre – aún persistiré
entre
los estallidos de las granadas, yo, soldado, poeta del polvo de los
tiempos.
Iré
adelante – eso lo tengo de ustedes: no le temo a la muerte,
adelante
llevando ramos de deseos, cual rosas quemadas.
30
– VII - 1943
Krzysztof
Kamil Baczyński
Traducción:
Isabel Sabogal Dunin-Borkowski
Publicado en:
Ricardo Silva Sanisteban: "Antología general de la traducción en el Perú", Volumen VII
Lima,
Universidad Ricardo Palma - Editorial Universitaria, 2016.
Nota: El primer nombre del poeta, Krzysztof, se traduce como Cristóbal al castellano, y etimológicamente significa "portador de Cristo". Según la leyenda San Cristóbal era un gigante que cargó a un niño a través del río Jordán. Al sentir que se hundía, pues el peso lo sobrepasaba, el niño le dijo: "Yo soy Cristo Jesús, tu Salvador. Al cargarme, cargas en tus hombros el peso del mundo entero".