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jueves, 1 de junio de 2023

Sobre el libro "Yo, Drácula y John Lennon" de Jan Cornelius

Esta será una breve reseña de “Yo, Drácula y John Lennon” de Jan Cornelius

El subtítulo del libro es: Relatos de un habitante y observador asombrado de la Rumanía comunista y el fabuloso Occidente”. Y es que el autor, en un tono entre tierno y sarcástico, describe el salto entre dos mundos, el de la Rumanía de Ceausescu y de Alemania Occidental. En una época en la que la distancia entre ambos países, a pesar de que geográficamente no son tan lejanos, era como de la tierra a la luna. 


Me identifico con el autor, quien narra sus peripecias en primera persona, pues yo misma crucé la cortina de hierro, si bien no a Rumanía, sino a Polonia, cuando era niña. Claro que en sentido contrario, aparté de que llegué de Alemania a Polonia y no a Rumanía, pero pude gozar el cambio en carne propia.

El autor procede de una familia de habla alemana de la región de Bánato en Rumanía. Sin embargo su pronunciación del alemán es diferente a la de los nativos de Alemania Occidental, por lo que siempre es identificado como extranjero. Pues como él mismo dice: “un emigrante es aquel que lo perdió todo, menos el acento.” *

El autor trabaja como traductor, por lo cual también me identifico con él. Si bien en su caso traduce del rumano al alemán y viceversa. Nos presenta algunas situaciones absurdas vividas como traductor, como cuando un gitano rumano no entiende que quieren de él cuando le preguntan cual es su profesión. El autor también escribe, así como traduce literatura rumana al alemán. Pero tiene dificultades para publicar tanto sus propios textos, como sus traducciones, pues lo único relacionado con Rumanía que es de interés para las editoriales alemanas, es el personaje de Drácula.

Por último nos habla de los prejuicios del mundo circundante, donde hasta los australianos saben cómo debe verse y cómo no un rumano. Y lamentablemente ni el aspecto del autor, ni el de sus descendientes, coincide con la idea preconcebida de un rumano. Al punto que la maestra de su nieta no le cree, cuando ésta le dice que sus abuelos nacieron en Rumanía…



* Jan Cornelius: „Yo, Drácula y John Lennon”, p. 55

Traducción del polaco al español: Isabel Sabogal Dunin-Borkowski



Ficha bibliográfica:

Jan Cornelius: „Yo, Drácula y John Lennon”

(Relatos de un habitante y observador asombrado de la Rumanía comunista y el fabuloso Occidente)

Breslavia, Editorial Amaltea, 2020

Número de páginas: 196

Traducción del rumano al polaco: Radosława Janowska-Lascar


lunes, 9 de agosto de 2021

Józefa Dunin-Borkowska: Recuerdos de mi juventud en tiempos de la Segunda Guerra Mundial

Al haberse cumplido en julio los cien años del nacimiento de mi madre, comparto aquí fragmentos de los recuerdos que alguna vez me narrara y que puse por escrito varios años después de su partida.


Al estallar la guerra yo tenía dieciocho años de edad. Mi familia procedía de Lwów, ciudad que actualmente pertenece a Ucrania. Cuando los rusos invadieron esa parte de Polonia, logramos fugarnos de allí hacia el lado del frente ocupado por los alemanes. Fue una travesía peligrosa a través de los bosques. Pasamos con la ayuda de “coyotes” que arriesgaban su vida haciendo pasar gente de un lado al otro del frente. Les pagamos con las joyas de familia. Nos fugamos para no ser parte de las deportaciones masivas de familias polacas. Los hombres de muchas familias fueron deportados a Siberia, las mujeres y los niños a Kazajstán. Éramos una familia numerosa, por lo cual nos dividimos para hospedarnos en casas de familiares al otro lado del frente, pues eran tiempos de escasez.

Luego de un tiempo entré a formar parte de Armia Krajowa (Ejército Nacional), grupo guerrillero mayoritario de la resistencia antinazi. Mi nombre de guerra era Szpilka (Alfiler), ya que era muy delgada. Durante dos años hice de correo, llevando la correspondencia entre Armia Krajowa y Bataliony Chłopskie (Batallones Campesinos), otro grupo guerrillero. La llevaba camuflada en cajas con doble fondo. Encima del doble fondo llevaba caramelos, chocolates u otras cosas. Lo hacía cada vez que era necesario, aproximadamente dos veces por semana en un tren que era siempre controlado por los nazis. Hacían bajar a todos los que viajábamos en la parte del tren asignada a los polacos y revisaban todos nuestros equipajes. Si me hubieran descubierto, me habrían fusilado de inmediato. Yo hablaba perfectamente el alemán, ya que me había criado con una institutriz alemana en casa y eso me ayudó, pues hacía que los nazis no desconfiaran de mi persona. Como no me pasaba nada, cada vez más a menudo no llegaba a guardar la correspondencia en el fondo de la caja. Y en una de ésas a la hora del control, el nazi se interesó en mi caja de bombones. “¿Qué lleva allí?” – me preguntó inquisitivo. “Bombones.” – le dije yo sin pestañear. “¿De veras son bombones?”.”De veras. Sírvase uno por favor” – le dije yo e hice el ademán de abrir la caja para convidarle. El alemán sonrió y se fue, dejándome en paz.

Participé luego en otras acciones de la guerrilla. Nos apostábamos en medio del bosque, sabiendo que pasaría un tren alemán con armamento. Tumbábamos dos árboles, cercando al tren por sus extremos y lo asaltábamos para quedarnos con las armas. En esas ocasiones entrábamos al botiquín y nos bebíamos el alcohol para curar heridas.

Participábamos también en la liberación de niños de los campos de concentración. Me tocó recoger a una niña del campo de concentración de Bełżec, llevarla en tren a la ciudad de Lublin y entregarla a mi tía Marta Łoś que se haría cargo de ella. En el segundo intento similar un nazi me descubrió, rondando cerca al campo de concentración, por lo cual no pude ayudar a ese otro niño. Le supliqué al nazi en mi perfecto alemán que me internara dentro del campo, queriendo salvar mi vida de esa manera, y él, creyendo que yo estaba loca, me dejó ir libre.

A pesar de lo peligroso de aquella época no me daba miedo el morir, sino la posibilidad de quedar inválida. Y aunque parezca increíble considero esos tiempos como los más hermosos de mi vida. Nunca más ésta volvió a tener el sentido que tuvo en aquel entonces y a veces lamento el no haber muerto en la guerra.


Publicado en la Gazetka "Dom Polski"

Lima, Perú, Nº 30

Octubre del 2008


miércoles, 16 de octubre de 2019

Sobre la antología "Un otoño azul" de Gloria Mendoza Borda

En un país tan centralista como el Perú, donde cada región, incluidos sus poetas y escritores, es un universo separado, es raro dar con un libro que contenga la creación de varias de sus diversas regiones. Y tal es es el caso de la antología "Un otoño azul", publicada el 2018 en Arequipa.
Cada compilador tiene su criterio. En el caso de Gloria Mendoza Borda, autora de la mencionada antología, fue el de juntar en un solo volumen la creación de los participantes de los martes literarios en la Alianza Francesa de Arequipa. Actividad que se realizó durante diez años ininterrumpidos a partir del 2006, gracias al trabajo conjunto de la compiladora y el director cultural de turno  de dicha institución.
Creación que consta de tres géneros: poesía, narrativa y testimonio, siendo predominantes los poetas. Obra tanto de creadores de diversas regiones del Perú, así como de un amplio espectro de otros lugares del mundo hispano. De entre estos últimos la mayoría, pues hasta cinco, son chilenos. Podemos conocer también la obra de creadores de los siguientes países: Costa Rica, Puerto Rico, México, Paraguay, Colombia, Argentina y Bolivia. 
De entre los escritores peruanos la mayoría predominante proviene de las regiones de Puno y Arequipa. Regiones, por lo demás, muy interconectadas entre sí. Tal es el caso de la autora de la antología, quien habiendo nacido en Puno, enseñó durante años en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Arequipa. Seguimos en número siete limeños. Uno de ellos es el poeta y traductor Renato Sandoval. Y luego creadores de algunas de las otras regiones del país. Tales como Catalina Bustamante de la ciudad de Jauja en Junín o Marita Troiano de Chincha en la región de Ica. Y de otros lugares como Cusco, Apurímac, Madre de Dios, San Miguel de Pallaques en Cajamarca y Chambala en la región de Lima.
Tenemos también a representantes de la colonia peruana en el extranjero. Tales como Freddy Roncalla, apurimeño radicado en New Jersey o Porfirio Mamani Macedo, arequipeño radicado en París. O la jovencita Alba Mamani Macedo, suponemos que hija de este último, nacida en Francia.
En cuanto al idioma, si bien la lengua de la antología es el castellano, tenemos un poema en sus dos versiones, tanto en quechua como en español de la poetisa ayacuchana Gloria Cáceres.
Por último invito al lector, en cuyas manos tal vez caiga esta libro, a leer mis poemas "Requiebros vanos" y "El invierno" publicados en las páginas 69 y 70 de la antología reseñada.

Gracias, Gloria, por el trabajo realizado. 

Ficha bibliográfica:
„Un otoño azul”. Compilación de Gloria Mendoza Borda
Arequipa, Cuervo Editores - Alianza Francesa de Arequipa, 2018
Número de páginas: 254
Idiomas: Español y quechua ayacuchano

martes, 12 de abril de 2011

Comentario al libro "Mi pequeña Polonia" de Krystyna Ciapciak R.

Aquí comentaremos brevemente el libro "Mi pequeña Polonia" escrito por la señora Krystyna Ciapciak R. y publicado recientemente por la Embajada de Polonia en Lima. Este libro es un testimonio de vida de la autora, quien narra sus recuerdos, desde su más tierna infancia, hasta llegar al Perú a los catorce años de edad. Lo interesante es que estos recuerdos son asimismo un testimonio histórico, por haberle tocado vivir la Segunda Guerra Mundial en carne propia durante esa etapa de su vida.
En el libro la autora nos habla de su infancia en la que intercala recuerdos familiares con lo que sucedía alrededor, bombas, redadas en las que se capturaba a los jóvenes polacos en las calles, etc. Nos cuenta del Levantamiento de Varsovia, al que fue a luchar uno de sus hermanos, a quien nunca volvió a ver. De como luego del Levantamiento, como parte de la población sobreviviente de Varsovia, fue llevada conjuntamente con su madre a cumplir trabajos forzados en Alemania. Y de como luego de la guerra, durante unos cuantos años, estuvo pasando de un campo de refugiados a otro, siempre en compañía de su madre. Estos campos de refugiados utilizaban las instalaciones de lo que anteriormente habían sido campos de trabajo y de concentración.
Luego la autora nos habla del así llamado "Encuentro del perdón y la fraternidad" organizado en el año 2003 por las autoridades de la ciudad de Bietigheim - Bissingen, en el que los habitantes de la misma se reunieron con quienes estuvieron allí de prisioneros durante la guerra. Asistió invitada, en compañía de su hija, con los costos de ambas pagados. Nos cuenta del choque del reencuentro con su pasado, al retornar al lugar donde había sido prisionera 59 años antes. De como viajó luego a Polonia, donde una amiga le prestó un libro titulado "Perdonar no significa olvidar".
Para finalizar diríamos que si bien es cierto que en polaco hay mucho material sobre el tema de la Segunda Guerra Mundial: libros, películas y testimonios de gente que vivió la guerra, publicados, grabados en CD o en entrevistas para la televisión, éstos no salen del círculo polacoparlante. Éste es un círculo amplio, pues Polonia cuenta con más de cuarenta millones de habitantes, y con un aproximado de dieciocho millones de descendientes de polacos fuera de Polonia, pero no es universal. Por eso creemos que es importante la publicación de este tipo de testimonios en otros idiomas, en este caso el castellano. Ya que quienes no están ligados directamente a la cultura polaca, y muchas veces los mismos descendientes de polacos, tienen una visión errónea de la guerra. Una visión en la que ésta se reduce a nazis, cuya nacionalidad no siempre queda clara, persiguiendo judíos. Nadie niega que esa fue una parte crucial de la guerra, pero no fue la única. Me parece que eso se debe, en gran medida, a que las películas hollywoodenses presentan justamente esa parte de la guerra.
Lo que he presentado aquí es apenas una pequeña reseña de un libro de más de trescientas páginas, por lo que recomiendo la lectura del mismo.

Isabel Sabogal Dunin-Borkowski
Comentario publicado en la Gazetka "Dom Polski"
Lima, Perú, mayo del 2011