martes, 14 de febrero de 2023

Sobre el libro "Ecos de Nueva España" de Úrsula Camba Ludlow

Esta será una breve reseña del libro Ecos de Nueva España. Los siglos perdidos en la historia de México” de Úrsula Camba Ludlow.


Diré que se trata de un libro ameno y bien escrito. La autora nos describe diversas facetas de la vida cotidiana en el virreinato de Nueva España. Virreinato que abarcaba no sólo lo que ahora es territorio mexicano, sino también la costa oeste de los Estados Unidos, la mayoría de países centroamericanos, así como el archipiélago de Filipinas.

Nos enteramos de qué comían, cómo se vestían y divertían los novohispanos. Y no diré mexicanos, pues como la autora bien lo señala, el término mexica estaba reservado para quienes hablaban mexica, vale decir náhuatl. 

La autora nos cuenta también de la administración virreinal y de las órdenes religiosas, tanto masculinas, como femeninas. Así como de la primera imprenta en el continente americano, establecida en la ciudad de México en 1524. Nos habla de la Universidad de México, donde se dictaba cátedra en latín y se enseñaba las lenguas indígenas náhuatl y otomí. De los continuos ataques de piratas y corsarios, que hicieron de Nueva España, un territorio de costas prácticamente abandonadas. El primer asalto pirata „fue el perpetrado por Jean Fleury, conocido como Juan Fleury o Florín, quien interceptó los barcos que llevaban parte del tesoro de Moctezuma, enviado por Hernán Cortés al rey Carlos V.” * Del continuo estado de indefensión de Manila, asediada por piratas flamencos, ingleses y franceses, de donde partía o debía partir cada medio año, un galeón hacia Acapulco. De los hospitales y las enfermedades que aquejaban a la población, tales como „La modorra (…) una especie de letargo o pesadez, que atacaba a los recién llegados de España. Los postraba en cama, dejándolos inmóviles, sin apetito ni fuerzas, y al cabo de un tiempo llegaban incluso a morir.” ** De la condición de esclavitud de negros y mulatos, que se heredaba por parte de la madre y no del padre. De las corridas de toros y peleas de gallos. De los evangelizadores, que para ganar adeptos, asumían tradiciones ya existentes en el mundo prehispánico. Y de muchos otros detalles de la vida de aquella época. Las imágenes son tan vívidas, que casi, casi podríamos tocarlas. 

Ahora mencionaré dos costumbres, descritas en el libro, que me parecieron bastante singulares. La primera se refiere a las aspirantes a monjas. La autora nos dice: „Un día antes de ser recluida en el monasterio, la aspirante era paseada por las calles de la ciudad cargada de joyas y ricos ropajes. Era su despedida de las frivolidades y fastos del mundo.” ***

La otra se refiere a la virreina, quien no podía mostrarse en público. Aquí va la cita: „En los oficios divinos en la Catedral, la virreina debía estar en un palco o jaula, es decir un espacio separado y enrejado de madera. Se hacía acompañar por algunas de sus damas y a todas se las cubría con cortinas que impidieran a los curiosos verlas, pero que hacían imposible ignorar su presencia.” ****

Eso me hace recordar vagamente la descripción de la Catedral de Lima, hecha por Flora Tristán en „Peregrinaciones de una paria”. Allí nos cuenta que había tantas jaulas llenas de pájaros bulliciosos en la iglesia, que era casi imposible seguir la misa.

Andenes de Moray
Todo lo descrito se refiere al mundo dominado por el poder virreinal. Pero simultáneamente hubo grupos que demoraron en rendirse ante tal poder, como los mayas, quienes „optaron por huir durante los siglos XVI y XVII hacia la selva del Petén; formaron una especie de barrera que frenó el avance español.” *****

Si tuviera alguna objeción, es la de que en la introducción la autora se dirige al público mexicano, como si el castellano o español, no fuera una lengua que trasciende las fronteras nacionales. Y como si la historia de México no fuera interesante, para todos aquellos, que compartimos la historia común de haber nacido en territorios, que formaron parte del Imperio español. Pero no me quejo, pues la mencionada introducción sirve para enterarnos como se enseña la historia en los colegios de México. Y debo decir que parece ser un desastre, similar a la enseñanza de historia en el Perú. O al menos, a como se enseñaba, cuando asistía a la primaria en los '60. Recuerdo que cada año comenzábamos con Isabel la Católica, las tres carabelas y Rodrigo de Triana, gritando: „¡Tierra!” al divisar la isla de San Salvador. Y luego el prendimiento de Atahualpa en la plaza de Cajamarca. Todo eso desconectado de las conquistas de otros países latinoamericanos. Y además unido a algunas mentiras, como la de que los incas no conocieron el círculo, cuando en los vestigios incaicos tenemos círculo tras círculo, como por ejemplo, en Moray (Véase imagen). Y a algunas apreciaciones infames, como la de que los españoles trajeron el idioma y la religión al Perú. Como si las múltiples lenguas indígenas no fueran idiomas. Y como si la espiritualidad que existía en la época prehispánica y que se mantiene viva hasta ahora, no tuviera nada que ver con lo religioso. Felizmente ese lavado de cerebro finalizó en tercero de primaria, cuando viajé con mi familia a Europa. Pero considero que es parte del conflicto interno, por el que está atravesando hoy el Perú.


En todo caso, finalizando con esta digresión personal, recomiendo encarecidamente la lectura del libro a todos los amantes de la historia.


* Úrsula Camba Ludlow: „Ecos de Nueva España”, p. 65

** Op. cit., p. 198

*** Op. cit., p. 135

**** Op. cit., p. 150

***** Op. cit., p. 63


Ficha bibliográfica:

Úrsula Camba Ludlow: 

„Ecos de Nueva España. Los siglos perdidos en la historia de México”

México, Penguin Random House Grupo Editorial, 2022

Número de páginas: 272

Idioma: Español


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