lunes, 28 de diciembre de 2020

Sobre el libro "Diario del año crístico" de Jacek Dehnel

Esta será una breve reseña del libro „Diario del año crístico” del escritor polaco Jacek Dehnel. Título que alude a sus treinta y tres años, edad de la muerte de Jesús.


Es un libro un poco sobre nada y todo a la vez. El autor inicia el libro diciéndonos que nació el primero de mayo de 1980, a las 11:05 de la mañana en la ciudad de Gdańsk. Dato que incluyo en esta reseña, por si algún astrólogo visitara este blog, tentado por el casi nulo contenido astrológico que éste conlleva.

En este libro, escrito en forma de un diario, llevado durante un año, desde su cumpleaños número 33 hasta el 34, el autor lanza algunas reflexiones irónicas y autoirónicas, sobre su propia vida, sus ancestros, Polonia, la literatura, el cristianismo, el catolicismo polaco… Nos relata algunos puntos del enredo religioso familiar, que ya conocíamos de la novela “El jardín de Lala. Quién y en qué generación era de qué religión y porqué se convirtió a otra, siempre dentro del espectro cristiano. La opinión de su abuela sobre la matanza de los inocentes, que la hizo distanciarse desde niña de la Iglesia organizada. La revelación de Pablo, camino a Damasco, que según el autor, le fue dada por Lucifer. Diciéndonos que Saúl (a quien se niega a llamar Pablo, nombre que le fue dado durante la revelación) era peor que Judas. (Seis años después de haber escrito esas líneas, en mayo del 2019, el autor hizo pública su apostasía en relación a la Iglesia Católica)


- ¡Qué buena vida! - se dice una al pasar las páginas del libro. El autor se dedica a leer, escribir, correr para mantenerse en forma, supervisar la remodelación de la antigua casona en la que vive, en pleno centro de Varsovia y viajar, para presentar su obra y/o conversar con los traductores  sobre la misma. Viajes que aprovecha para hacer turismo. Nos dice, de paso, que uno aprende más de su propia obra, cuando la traduce. La única excepción es un viaje de placer, hecho al sur de Italia.

Durante estas giras el autor se va cruzando con algunos escritores, cuyo nombre ya conocía, como Krzysztof Varga y Zygmunt Miłoszewski y con otros, cuyo nombre desconocía, como Katarzyna Fetlińska. Menciona también a Linda, poetisa de flores y jardines, a quien conoce en una gira por Inglaterra. Gira durante la cual visita la casa de las hermanas Brontë y las lomas, que sirvieron de modelo para las "Cumbres borrascosas".

Hay también una descripción detallada de su viaje a la India, que incluye un encuentro, o más bien desencuentro, con escritores hindúes, entre ellos, el mayor poeta en lengua urdu. Cosa de la que el autor se entera, cuando el poeta ya se ha ido. 

Viajes, que de hecho se acabaron con esta pandemia, durante la cual el mundo dio un giro de tuerca, tornándose virtual. Pero, como dice el dicho, nadie nos quita lo vivido.

Gracias al libro me voy enterando pues de nombres de lugares, escritores, pintores e incluso santos. Como San José de Cupertino, el santo que volaba contra su propia voluntad.


Aparte de los viajes, el autor nos habla de su participación en un grupo voluntario, que se dedica al cuidado del cementerio judío de Varsovia. De sus lecturas, las películas que ve, las series televisivas, los juegos, las exposiciones y museos que visita, las obras de teatro y conciertos a los que asiste. De los lugares, restaurantes y cafeterías, adonde suele asistir en Varsovia. Y hasta de sus sueños.

También nos cuenta de las conversaciones que sostiene con su pareja y sus amigos. E incluso nos comenta las conversaciones de los compañeros de ruta, en cualquier bus o tren del camino. Nos cuenta como, por ejemplo, durante el viaje de Gdańsk a Tczew, dos hombres miran por la ventana diciendo adónde va qué tren y qué carga lleva. Conversación aparentemente absurda, pero que no deja de ser interesante, o en todo caso, divertida.

(Y me acordé de las conversaciones de los pasajeros en el tren de Krzeszowice a Cracovia, que tanto me llamaban la atención. 

- Yo tengo (vale decir, el departamento que me adjudicaron tiene), cuarenta y cinco metros cuadrados - decía un señor.

- Y yo tengo cuarenta - le respondía la mujer que estaba al frente suyo.

Entonces el hombre le mostraba el juego de cubiertos que había conseguido, desenvolviéndolo y volviéndolo a envolver en papel).


Al finalizar el libro, el autor nos dice:

„Fue un año de unos cuantos viajes lejanos, remodelación de la casa, la cocina y la dentadura, encuentros con personas y libros, conversaciones realizadas y escuchadas; no sucedió durante su transcurso nada particular, ni bueno, ni malo. El deslizamiento de una cuenta más sobre un hilo de longitud desconocida”. *

¡Vaya comentario! No sé si es soberbia o humildad, el considerar que no hay de particular en viajar invitado a presentar su obra por el mundo entero y tener los medios para remodelar su departamento. Departamento que se encuentra, dicho sea de paso, en el mero centro de la ciudad de Varsovia.

Si bien el autor es consciente de que el mundo en el que vive se puede desmoronar en cualquier momento, como un juego de naipes. Y de que es un privilegio el pertenecer a la generación a la que pertenece. Y lo dice de esta manera, al hablarnos de su madre:

„Nació tres años después de la guerra, alimentada hasta la saciedad, como todos los de su generación, por el trauma de la guerra, criándose en un país arruinado, calcinado, repleto de tumbas frescas, recubierto por las cenizas de los crematorios. Efectivamente, durante toda su vida, no hubo una guerra de verdad, pero eso es, si miramos la historia de Polonia, una situación anormal, cada generación tuvo su guerra o levantamiento. Cada tiempo de paz era pasajero. ¿Por qué ahora habría de ser de otra manera, acaso somos mejores, merecedores de la paz? ¿Qué hicimos para merecerlo?”. **

Y con esta cita acabo la reseña, deseando a los lectores, un año mejor que el que está finalizando.



*Jacek Dehnel, “Diario del año crístico”, p. 510

** Op. cit., Pp. 449-450 

Traducción: Isabel Sabogal Dunin-Borkowski


Ficha bibliográfica:

Jacek Dehnel: „Diario del año crístico” (Dziennik roku chrystusowego)

Varsovia, Editorial W.A.B., 2015

Número de páginas: 512

Idioma: Polaco


miércoles, 9 de diciembre de 2020

Czesław Miłosz - Parábola hasidim

Parábola hasidim

De varios países, provincias, de varios pueblos y ciudades

Fuimos invitados al palacio del Rey

Y nos asombraron sus lagunas, jardines,

Los coros de pájaros y árboles de especies diversas.

Avanzando por los cuartos vimos muchas rarezas,

Oro y plata, y perlas, y piedras preciosas.

Los días y semanas son pocos para verlo.


Cuando por todo el edificio se dispersaron los huéspedes,

Me empeciné buscando la habitación del Rey.

Y me hicieron entrar. Y de pronto todo

Se difuminó. Él solo, Resplandeciente,

Con su arte mágico había convocado aquella ilusión.


Del poemario: Crónicas (1987)

Del ciclo de poemas: I. Temporada


Del libro:

Czesław Miłosz: "Poesía escogida"

Selección y traducción: Isabel Sabogal Dunin-Borkowski

Embajada de Polonia en Lima e Instituto Cultural Peruano - Norteamericano

Lima, 2012

                                                                          

viernes, 4 de diciembre de 2020

Fragmento de mi relato "Los días del origen" (dos)

 

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viernes, 27 de noviembre de 2020

Fragmento de mi relato "Los días del origen" (uno)

 


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jueves, 19 de noviembre de 2020

Sobre mi relato "Los días del origen"

En la entrada anterior de este blog comenté que mi relato "Los días del origen" salió publicado
en el Nº 19 de la revista
"Relatos increíbles". Ahora contaré un poco la historia del relato.

Escribí ese relato directamente en polaco, estando en Lima, hace exactamente cuarenta años, en noviembre de 1980. Salió publicado en ese idioma, con su título original "Dni poczęcia" en la revista "Fantastyka", Nº 2 de 1990, en la ciudad de Varsovia. Y es la traducción que hice de mi propio relato al castellano, la que salió publicada en la revista "Relatos increíbles".

Si bien me parece bastante desatinado, comparto aquí mi traducción del comentario del escritor Maciej Parowski, que acompañó la publicación del relato en la revista "Fantastyka":


La señora Isabel Sabogal Dunin-Borkowska es un huésped en la sección polaca, que llegó donde nosotros desde la lejana Sudamérica. Es una persona bilingüe, hija de un matrimonio mixto polaco-peruano. Su relato “Los días del origen” es de carácter feminista; las feministas, como es sabido, se rebelan contra los hombres, y el primer hombre del mundo con quien están más resentidas por su condición es... Dios en persona. Espero que les guste (y no les parezca demasiado hereje) esta pequeña miniatura hecha al estilo del realismo mágico, como un curioso mensaje de otro mundo. Otro en el sentido geográfico, intelectual y obviamente de género (aproximadamente el 90% de los lectores de la revista “Fantastyka” son hombres). 


Aquí va el enlace para quienes dominen y deseen leer el texto del relato en polaco.

martes, 3 de noviembre de 2020

Mi relato en la revista "Relatos increíbles" 19

Estimados lectores, los invito a leer mi relato „Los días del origen”, así como mi reseña "Sobre algunas novelas de Stanisław Lem" en el Número 19 de la revista "Relatos increíbles"


Revista que pueden adquirir en:


Patreon (EPUB y PDF): https://bit.ly/3lFXH4g

ACUEDI (Preview): https://bit.ly/32b9Jua

Amazon (Kindle): https://amzn.to/2HZSuVH

Amazon (Impreso): En proceso

Lektu (PDF y EPUB): https://bit.ly/2TPubMU

Smashwords: https://www.smashwords.com/books/view/1052412



lunes, 12 de octubre de 2020

Sobre la novela "El Imperio de las nubes" de Jacek Dukaj

Esta será una breve reseña de la novela „El Imperio de las nubes” del escritor polaco Jacek Dukaj. Una novela un tanto difícil de definir, que presupone por parte del lector el conocimiento, tanto de la literatura polaca, así como de la historia de los siglos XIX y XX. Y, como no, el reconocimiento de las alusiones bíblicas en las figuras de Jacob y Esaú

Pero si bien el punto visible de la novela es el Japón (pues el punto invisible es Polonia), el autor no presupone un conocimiento de la literatura y cultura japonesas. Al final del libro, en un epílogo titulado: „Sobre la ruptura o el surgimiento de los significados”, divaga sobre  tales temas como el símbolo, el significado, la poesía o el surgimiento de la literatura japonesa, entre otros. Además nos explica detalladamente qué cosa es el haiku, confesándonos que esta novela ha sido un intento de crear un haiku en prosa. Luego del epílogo, sigue un minidiccionario (¡de apenas dieciséis páginas!) con los términos japoneses contenidos en el libro. Digamos pues, que de alguna manera, la novela es un homenaje a la cultura japonesa.


El personaje principal es Kiyoko, a quien conocemos de niña, en la isla de Hokkaido. Esto sucede en la época del Emperador Mutsuhito. El padre de Kiyoko fue ajusticiado por participar en una rebelión contra la introducción de las costumbres y tecnología occidental en el Japón.

Los hijos de los cuatro “indultados”, pues se perdonó la pena a sus familias, fueron enviados a estudiar sokki, la escritura fonética japonesa, así como las lenguas occidentales, inglés, francés y alemán, donde el doctor Aka. Estos pequeños se preparan desde niños para servir, a diferencia de sus padres, fielmente al Emperador. En las tardes, bajo la tutela de la esposa del doctor, Kiyoko ejercita los signos de las formas simbólicas de la escritura japonesa, el kana y el kanji, al cual transcribe lo que ha escrito en sokki.


Pasados los años, llega un forastero a la isla de Hokkaido. Se trata de Julian Ochocki, quien arriba, gracias a un acuerdo secreto hecho entre Stanisław Wokulski y el Emperador Mutsuhito. Wokulski le entregó al Emperador una grulla de metal, construida en base a la fórmula del profesor Geist. El fin común es el de debilitar al Imperio Ruso, cosa que le conviene, tanto al Japón, como a Wokulski, quien como patriota polaco, lucha por liberar a su patria del dominio ruso. El ingeniero Ochocki llega pues, a enseñar la tecnología de la producción del tetsu tamasi, el metal más ligero que el aire, en la isla de Hokkaido.

Y aquí es donde entramos al tema del conocimiento de la literatura polaca, pues tanto Ochocki, como Wokulski y el profesor Geist, quien soñaba con crear un metal más ligero que el aire, son personajes ficticios, sacados de la novela "La muñeca” de Bolesław Prus. Novela publicada en 1890, época en la que, si bien ya existían globos aerostáticos, faltaba aún mucho para llegar a la aviación.

Ochocki llega acompañado de su hijo Esaú, a quien se vio obligado a separar de su gemelo Jacob, por las luchas continuas entre ambos. Eran tan fuertes, que el ingeniero temía, que pudieran conducir a la muerte de uno de ellos. Recordemos que en la tradición bíblica, Esaú le vendió su primogenitura a Jacob por un plato de lentejas.

Por recomendación del doctor Aka, Kiyoko entra a trabajar como traductora de Julian Ochocki. La chica copia en sokki todo lo que dice Ochocki en francés y luego lo pasa a la escritura simbólica kanji. Pero al pasarlo, le da su propio significado.


Diez años después estalla la guerra ruso - japonesa. Y aquí pasamos al tema de la ficción histórica, llamada también historia alternativa. La guerra ruso-japonesa efectivamente se dio, de 1904 a 1905, siendo ganadores los japoneses. Pero no gracias a las naves, hechas de tetsu tamasi, que en la novela bombardearon al enemigo desde arriba.

Esaú se alista como miembro del ejército nipón. Kiyoko parte al frente como traductora y conocedora de los secretos de los aparatos más ligeros que el aire. Lo hace en reemplazo de Ochocki, quien se encuentra medio ciego y a punto de perder la razón.

Luego de la capitulación de Rusia, los dos hermanos, Jacob y Esaú, se encuentran en Pekín. Jacob ha viajado con una identidad falsa, con el fin de encontrar a su hermano o su padre, para acceder a la tecnología del tetsu tamasi y poder utilizarla a favor de la independencia de Polonia. Tiene una red de patriotas polacos favorables a la causa, quienes en las filas del Ejército Ruso han llegado a Pekín.

Kiyoko se percata antes de tiempo de lo que ha de suceder. Y lo que sucede es que Jacob secuestra una de las naves y bombardea el Palacio Imperial de Pekín. Esaú, parte en su búsqueda, defendiendo el honor del Ejército Japonés. Los dos hermanos se enfrascan en una lucha mortífera en el Cielo. Lucha que continuará durante años enteros. Recordamos al lector que en la tradición bíblica, Jacob luchó contra el ángel y le ganó. 


Gracias al secreto de la producción del tetsu tamasi, conocido aparentemente sólo por Kiyoko, pues Ochocki perdió la razón, Japón se convierte en una potencia mundial que se extiende de un océano a otro. Nadie entiende porqué una de las cláusulas impuestas por el Imperio Nipón ha sido la de abogar por un territorio independiente para la República de Polonia, con Stanisław Wokulski de presidente.  

Kiyoko llega a anciana, viviendo pobremente en Okamu, el poblado donde se ha criado, en la isla de Hokkaido. Allí es donde la busca Reiko Nobuyuki, nieto de Reiko Hikari, a quien Kiyoko conoció durante la guerra. De los apuntes tomados por su abuelo, Reiko nieto dedujo que fue ella, quien en realidad ideó la tecnología del tetsu tamasi, al transcribir lo dicho por Ochocki del sokko al kanji.

„- La paradoja de Ochocki” - le dice - “porque era Usted, quien le alcanzaba las fórmulas. ¿Verdad? Y él, de puro celo, la borró de la historia.” *

Es una época en la que ya se construyen, gracias a dicha tecnología, ciudades enteras en el aire, al abrigo de tales peligros como los aluviones o terremotos. Kiyoko podría ser millonaria, en vez de vivir pobremente en una aldea, donde la consideran una bruja loca. Pero Kiyoko dice no saber nada.

Alguna vez, en la época de la guerra, Kiyoko le había dicho a Reiko abuelo, que si se develaba el secreto, los demás imperios acabarían robándole la tecnología al Japón,  utilizándola en su contra. Pero eso no sucedió y, así como durante sus conversaciones con Reiko Hikaru, Kiyoko dice no saber nada.

La mujer persiste en quedarse en Okamu, adonde muere cuando los pobladores del lugar prenden fuego a su casucha, acusándola de la desaparición de cuatro niños. Por el cielo se esparcen diferentes figuras luminosas, hechas de tetsu tamasi, los juguetes que Kiyoko fabricaba para sí misma...


*Jacek Dukaj, “El Imperio de las nubes”, p. 243

Traducción: Isabel Sabogal Dunin-Borkowski



Ficha bibliográfica:

Jacek Dukaj: „El Imperio de las nubes” (Imperium chmur)

Cracovia, Wydawnictwo Literackie, 2020

ISBN: 9788308070635

Idioma: Polaco


domingo, 4 de octubre de 2020

Sobre la novela "El monstruo de las ruinas" de Andrzej Pilipiuk


Esta será, más que una reseña, una breve nota sobre la novela "El monstruo de las ruinas" de Andrzej Pilipiuk. Pareciera que con el título de la misma, el autor hace un guiño a "El fantasma de Canterville" de Oscar Wilde.


En esta novela, los espíritus de Lukrecja, Kornelia y Marcelina, tres muchachas muertas  en 1812, en la flor de su juventud, espantan e incluso conducen a la muerte a los invasores sucesivos que ocupan su hogar familiar, el palacio de los condes Liszkowski, cerca al pueblo de Liszki. Primero a los alemanes, durante la Segunda Guerra Mundial (1943). Pero sólo a los malos, pues Nockerl, el alemán bueno, se salva. Luego a los soviéticos (1944); al representante del gobierno comunista de Polonia (1952); al joven historiador que llegó con el encargo de armar un museo y que tramara robarse la fortuna de los Liszkowski, cuyo escondite encontró (1974); y finalmente al Director de la Escuela de pintura al aire libre, que acosaba a toda mujer que se le cruzara en el camino (1985).

Pero así como atacan a los malos, los espíritus de las jóvenes, protegen a los buenos. En este caso, a los guerrilleros de la resistencia polaca, durante la guerra. Éste es un tema recurrente en la obra de Pilipiuk, la intervención de seres sobrenaturales a favor de la causa polaca. Tal es el caso del relato „Bosque malo”, reseñado anteriormente en este blog, en el que el vampiro lugareño, se nutre sólo de la sangre de los invasores nazis.

La novela finaliza con la invasión de los extraterrestres en el 2047. Espero que no duren mucho, se dice Kwiatkowski, el alcalde del pueblo, luego de dejarlos en el palacio y encomendar a los espíritus de las chicas que se ocupen de ellos.





Ficha bibliográfica:

Andrzej Pilipiuk: „El monstruo de las ruinas”  (Upiór w ruderze) 

Lublin - Varsovia, Editorial Fabryka Słów, 2019

ISBN: 9788379645749

Idioma: Polaco


domingo, 27 de septiembre de 2020

Sobre el libro "El amigo del hombre" de Andrzej Pilipiuk

Esta será una breve reseña del libro de relatos „El amigo del hombre” de Andrzej Pilipiuk. El primer relato del mismo, „Los espíritus de Poveglia” ya fue presentado en la entrada anterior de este blog. Así que aquí reseñaremos los tres relatos restantes. 


La trama del relato titular, „El amigo del hombre” sucede setenta años después de que una epidemia arrasara con más del 97% de la población de Varsovia. Los personajes principales son dos hermanas, Hidropatía y Alucinación.

Las chicas se criaron entre los bosques que fueron cubriendo lo que alguna vez fuera la ciudad de Varsovia. Trabajan buscando cosas interesantes en las ruinas y los refugios de la ciudad. Los mejores trofeos van a parar donde el príncipe Oskar, lo demás puede servir en la comunidad de la que forman parte, en el distrito de Praga. Así es como dan con un robot en forma de un perrito faldero.

Al salir del refugio donde lo encontraron se percatan, de que la ciudad ha sido atacada por el enemigo. Escondiéndose entre la vegetación, logran llegar al antiguo distrito de Służewiec, donde se encuentra un convento, regentado por monjes guerreros. Allí el Padre Superior logra reactivar al robot, el cual manifiesta en lenguaje humano que se llama Azor y que ha sido diseñado para participar en la batalla y matar al enemigo, protegiendo de esa manera a su dueño. Y las hermanas, al encontrarlo desactivado junto a los restos de Anna, su dueña muerta durante la epidemia, se han convertido automáticamente en sus nuevas dueñas.

Azor ha sido reactivado justo a tiempo, antes del ataque de los turcos de Poznań, quienes saben que la población civil se ha refugiado en el convento. El perro se lanza al ataque, causando tremendas bajas en las filas enemigas, hasta que llegan los refuerzos enviados por el príncipe Oskar. Se puede decir pues que logra proteger, tanto a sus dueñas, como a la ciudad entera. Las chicas son conscientes de que en caso de caer en manos del invasor, serían violadas y sus hijos, al crecer, enviados como carne de cañón, para luchar en la infantería turca. 

Luego de la batalla, las hermanas encuentran lo que queda del perrito entre los cuerpos muertos. Lo recogen, juntando sus fragmentos con mucho cariño y lo llevan de vuelta al refugio donde lo encontraron, depositando la bolsa con sus restos junto al cuerpo de Anna, su dueña eterna…


En el relato "Otras posibilidades", Robert Storm, personaje frecuente en los relatos de Pilipiuk, viaja una pequeña islita cerca de Creta, acompañado de los descendientes del conde Fryderyk Lipski.

Van en búsqueda de lo que, aparentemente, es parte de una herencia fabulosa.  El conde, tatarabuelo de Anna y Piotr, habría participado en un ritual misterioso en una de las cuevas de la isla. Si bien no encuentran lo que buscaban, hacen un descubrimiento arqueológico importante.

Robert sugiere que tal vez el ritual habría servido para revivir al Minotauro y convertirlo en guardián de un tesoro escondido. Pero los hermanos Lipski le hacen ver lo descabellado de esa idea.

Sin embargo, al alejarse de la isla, donde sólo pastan cabras y ovejas, escuchan un mugido trágico, parecido al de un toro. Pero la oscuridad de la noche no les permite ver nada…


En el caso de “Nosotros, los héroes”, el doctor Paweł Skórzewski, otro personaje frecuente en los relatos de Pilipiuk, es requerido por los nazis, para colaborar en la creación de un arma biológica a difundirse en los campos de concentración. El médico acepta, pues de esa manera se salva de la ejecución inminente que lo espera en la prisión de Pawiak en Varsovia, donde se encuentra internado. Y es que fue apresado, al descubrirse que hacía llegar comida y vituallas al gueto de la ciudad.

La base de operaciones a la que lo llevan, se encuentra en Finlandia. Estando allí, logra engañar a los nazis, vale decir, los alemanes, haciéndoles creer que está cultivando el bacilo del sudor inglés. Luego de envenenarlos, rematando a algunos con sus propias armas, se fuga del campamento, acompañado de su compañero en la desgracia, el judío Aaron Weisbaum.

Como siempre el autor se dedica a moler a los alemanes. No dice, por ejemplo, que hablaron, sino que ladraron en alemán. O como cuando el doctor Skórzewski reflexiona, que los teutones tendrán que perder necesariamente la guerra, pues al orden que han concebido, se enfrentan naciones, cuya arma es el caos. Polacos, judíos, gitanos, ucranianos, soviéticos… Pueblos "cuyos representantes hacen cosas que no caben en la estrecha mentalidad alemana".* Palabras bastante controvertidas, por no decir menos.


* Andrzej Pilipiuk, „El amigo del hombre”, p. 324

Traducción: Isabel Sabogal Dunin-Borkowski



Ficha bibliográfica:

Andrzej Pilipiuk: „El amigo del hombre” (Przyjaciel człowieka)

Serie: „Los mundos de Pilipiuk” (Światy Pilipiuka), volumen XI

Lublin - Varsovia, Editorial Fabryka Słów, 2020

Idioma: Polaco


domingo, 20 de septiembre de 2020

Sobre el relato "Los espíritus de Poveglia" de Andrzej Pilipiuk

En estos momentos, en los que todos hablan de pandemias y epidemias, no quiero quedarme atrás. Así que comentaré brevemente el relato „Los espíritus de Poveglia” del escritor polaco Andrzej Pilipiuk. La historia forma parte del libro “El amigo del hombre”, volumen once de la serie “Los mundos de Pilipiuk”. Debo aclarar que ningún libro de este autor, que yo sepa, ha sido traducido al castellano.


La trama del relato sucede en el año 1938 en Venecia. El personaje central de la historia es el Barquero, figura legendaria que se remonta a la gran epidemia de la peste negra, del año 1485; y a otra epidemia terrible, que devastó toda Italia, la peste de Milán del año 1629. En esa época los apestados, sus familias y toda persona que tuviera el mínimo síntoma de contagio, eran llevados a Poveglia, una de las islas de la laguna veneciana, a una muerte más que segura. Luego eran incinerados por los criminales, a quienes a cambio de eso, se les ofrecía la libertad y el indulto, en caso de que sobrevivieran. Los médicos que atendían a los enfermos, llevaban puesta una máscara en forma de la cabeza de un pájaro. Debajo del pico se zahumaban determinadas hierbas, a modo de protección. El Barquero, quien viene por las almas de los muertos, lleva la máscara de un ave, cual un galeno de esas épocas. Las almas que lo acompañan en la barca, van con los ojos cerrados. Dice la leyenda que hasta el día de hoy se escuchan en la isla maldita, los gritos y gemidos de los apestados y de todos aquellos que perdieron allí la vida.

Los escuchaban también los viajeros, quienes después de que acabara el tiempo de las pestes, permanecían durante el tiempo que duraba la cuarentena en la isla, antes de poder ingresar a la ciudad. (Comentario aparte. En comparación, ¿no está mal pasar la cuarentena en tu propia casa, verdad?)

Los escuchaban asimismo los enfermos mentales, luego de que la isla fuera convertida en un manicomio. Lugar donde otro personaje del relato, Antonio Knot, joven veneciano de origen polaco fuera internado, debido a las maniobras de su tío, quien quería quedarse con la herencia. En ese hospital, y ahora volvemos a la realidad histórica, se utilizó a los pacientes como conejillos de indias, practicando la lobotomía y trepanaciones craneales, en búsqueda de respuestas sobre la configuración del cerebro humano. Hasta que uno de los médicos, cosa que también se narra en el relato, se tiró del campanario. En el caso del relato, la cornisa del edificio cedió bajo los pies del galeno, cuando éste perseguía a Antonio, quien se negaba a ser operado. No sé si el nombre del doctor, Carlo Zeno, es auténtico, pero conociendo la minuciosidad con la que el autor trabaja sus fuentes, sospecho que sí. Demás está decir que abajo lo esperaban el Barquero, con su corte de espíritus. Seres que el doctor había considerado alucinaciones de los dementes y buen pretexto para intervenir sus cerebros.

La historia acaba bien, pues el joven Antonio es rescatado por el doctor Paweł Skórzewski, quien utilizó todas sus influencias para sacarlo de allí. Recordamos al lector que este médico polaco es un personaje frecuente en los relatos de Pilipiuk. Una persona buena, a diferencia de los galenos del manicomio. Y alguien que ha tenido que enfrentarse, más de una vez, al origen sobrenatural de las enfermedades…


Ficha bibliográfica:

Andrzej Pilipiuk: „Los espíritus de Poveglia” (Duchy Poveglii)

Libro: „El amigo del hombre” (Przyjaciel człowieka)

Serie: „Los mundos de Pilipiuk” (Światy Pilipiuka), volumen XI

Lublin - Varsovia, Editorial Fabryka Słów, 2020

Idioma: Polaco



lunes, 31 de agosto de 2020

Sobre la novela "El jardín de Lala" de Jacek Dehnel

Este será un breve comentario a la novela „El jardín de Lala” de Jacek Dehnel. Y pongo adrede comentario y no reseña, pues es difícil ponerse a reseñar una novela, cuando se siente haber rozado lo absoluto, al leerla. 

Yo diría que es una novela que trata sobre la impermanencia y el amor. A través de la saga familiar del autor/ narrador, vemos la impermanencia del tiempo, de los objetos, los sistemas políticos, los estados, las fronteras de los mismos, así como la de los límites religiosos. Pareciera que la saga familiar, fuera tan sólo un pretexto para mostrar la impermanencia. Impermanencia, que se puede vencer, parcialmente, sólo a través del relato y la palabra. 
Y es que la novela es la recreación de lo que, alguna vez, le contara la abuela al autor, a quien llamaremos simplemente el narrador. Son narraciones diversas y variadas, que abarcan unas cuantas generaciones de la familia y sus ramas colaterales. Narraciones ligadas indefectiblemente a la historia de Polonia, Ucrania y Rusia; y a la revolución y las muchas guerras que las azotaron. Narraciones ligadas a los lugares donde la familia residió, de donde tuvo que huir y adonde tuvo que acomodarse, en medio de la vorágine de la historia. Lugares tales como Kiev, Kielce, Morawica, Lisów, Varsovia, Siedlce y Oliwa, hasta finalizar el narrador en tiempo presente, nuevamente en Varsovia. Pero de todos los lugares la abuela, Lala, se quedó con la mente puesta en el jardín de Lisów. Jardín que trató de reproducir en el huerto de Oliwa, el titular jardín de Lala, lugar paradisíaco para el narrador cuando era niño.

Entre las muchas historias que la abuela le contó, había la de una muñeca que perdió, siendo aún niña. Hay aquí un juego de palabras, incomprensible para el lector hispano, pues Lala, el sobrenombre de la abuela, quiere decir muñeca en polaco. Sobrenombre que le pusieron, pues de niña, parecía una muñeca. Pero también, porque había que llamarla de algún modo, mientras todavía no estaba bautizada. Y no podían bautizarla, pues no sabían en qué religión hacerlo, hasta que no llegara su padre. El padre, Walerian Karnauchow, llegó cuando la niña tenía dos años y se convirtió al calvinismo para poder casarse con su madre. Y es que en aquel entonces no existía la institución del matrimonio civil en Polonia. Solo tenían validez los matrimonios religiosos. Y no podían casarse por el rito católico, por el que la madre, Irena, ya estaba casada con Kazimierz Bieniecki; ni por el ortodoxo por el que el padre ya estaba casado. En cuanto a la niña, fue bautizada como Helena por el rito católico, figurando como hija de Bieniecki. Y es que por razones prácticas y para protegerla de sentimientos antirrusos, se consideró mejor darle un apellido polaco como Bieniecki y no uno ruso como Karnauchow.

El narrador se asombra de que la abuela se emocionara tanto al hablar de una muñeca que seguramente, hacía tiempo que no existía, que se perdió en un lugar que ya no existía, como parte de un mundo que tampoco existía. Un mundo que pareciera haber desaparecido hace muchísimos siglos, aunque, como él mismo constatara asombrado, habían pasado apenas dos generaciones desde su existencia. E hizo esa constatación al rememorar el momento en que el abuelo le mostrara el anillo con los escudos de armas familiares. Korab, El Arca, una nave con una torre encima y dos cabezas leoninas, una en la popa y otra en la proa; y Bończa, un unicornio blanco sobre fondo celeste. Un mundo del que no quedaron ni siquiera las fotos, pues éstas sirvieron para alimentar el fuego, con el que los soviéticos se calentaron, al ocupar la casa familiar, en su paso hacia Berlín. 
Pero eso no importaba, pues la abuela recordaba todas las fotos, describiéndolas con lujo de detalles. Y lleno de detalles estaba también el croquis minucioso que dibujó cierta vez, para graficar la disposición de las habitaciones de la propiedad familiar en Lisów.

Siendo ya adolescente, al subirse a un tren para ir a Cracovia, el narrador recibió de su madre un libro para el viaje. Se trataba de una obra de William Faulkner. Al sumergirse en la lectura, de esa y otras obras del autor, reconoció en las historias de las plantaciones del Sur de los Estados Unidos, las narraciones de su abuela sobre Lisów. La narración de la impermanencia.

Al iniciar esta reseña dije que es una novela que trata también sobre el amor. Y lo dije, por el cariño con el que el narrador describe a los personajes de su familia, siempre en movimiento, cual en un caleidoscopio permanente. Y porque compartimos su sufrimiento, al ver como los avances de la edad, van despojando a su abuela, primero de sus capacidades físicas y luego, mentales. Sufrimiento que está ligado a la pena que sintió al concientizar por primera vez la impermanencia de lo hermoso…

A diferencia de la mayoría de los libros que reseño en este blog, esta novela sí ha sido traducida y publicada en castellano. Por lo que recomiendo su lectura al lector hispano.


Ficha bibliográfica:
Jacek Dehnel: „El jardín de Lala” (Lala)
Varsovia, Editorial W.A.B., 2017
Número de páginas: 376
Idioma: Polaco