- El Perú es injusto - dijo hoy en la mañana David, comentando la muerte de su hermano. Y eso es cierto. Es injusto que Javier muriera en la flor de su juventud, viajando de La Oroya al trabajo en la mina. Es injusto que no haya una berma o lo que sea que separe los carriles de subida y de bajada de la Carretera Central, de tal manera que cualquier chofer irresponsable no se pueda pasar al carril que no le corresponde, tratando de ganar tiempo. Es injusto que existiendo una vía férrea, construida hace más de un siglo, ésta sirva para transporte de materiales, pero no de pasajeros. Es injusto que una estación de tren con todas sus instalaciones sirva para Casa de la Literatura, cuando cualquier otra casona podría ser una Casa de la Literatura y cuando la gente se sigue matando justamente en esa carretera como cancha. Es injusto que habiendo todas esas instalaciones se gaste millones de millones en construir la vía del tren eléctrico para Lima, cuando sería mucho más barato mantener y modernizar lo que ya existe. En fin, tal como dijo David, parece que lo que es injusto es el Perú...
Lima, 3 de febrero del 2011
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