En lo más profundo de sí mismo, Tsukuri Tazaki lo comprendió: los corazones humanos no se unen sólo mediante la armonía. Se unen, más bien, herida con herida. Dolor con dolor. Fragilidad con fragilidad. No existe silencio sin un grito desgarrador, no existe perdón sin que se derrame sangre, no existe aceptación sin pasar por un intenso sentimiento de pérdida. Esos son los cimientos de la verdadera armonía.
Haruki Murakami: "Los años de peregrinación del chico sin color"
Traducción de Gabriel Alvárez Martínez