En la reseña del libro „Perú, mi tierra no prometida” de Feliks Woytkowski, hablamos de los colonos polacos, quienes en 1929, a instancias del gobierno peruano, llegaron a poblar la selva del Perú. Leyendo el libro „La revolución de los arrendires” de Rolando Rojas Rojas, me di con la sorpresa de que varios de ellos se establecieron en lo que posteriormente fue la prisión del Sepa en la selva de Ucayali. El autor, basándose a su vez en las memorias del misionero dominico Ricardo Alvárez Lobo*, nos dice sobre esta colonia penal en la que se recluía a reos, considerados de alta peligrosidad:
Situada en el interior de la selva de Ucayali, fue fundada en 1948 en un fundo de 37.000 hectáreas. En el lugar, en 1929, se levantó una colonia de migrantes polacos, a quienes el Gobierno peruano proveyó de tierras para que se dedicaran a actividades agropecuarias como parte de las políticas de fomento a la inmigración europea. Sin embargo, el proyecto no prosperó porque el Gobierno incumplió su compromiso de construir las vías de transporte necesarias para que la colonia fuera viable. Debido a ello, parte de las familias polacas abandonaron el Sepa y se trasladaron a Lima, mientras que otras retornaron a su país natal.**
El tema de los colonos polacos que llegaron al Perú, por razones familiares, me resulta de sumo interés. Es por eso que esta es la única cita de un libro, por lo demás interesante, que trata sobre algo muy diferente, como la historia de la lucha por la tierra y el cambio social en el Valle de La Convención.
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* Ricardo Álvarez Lobo: „El otro es mi espejo. Un dominico, misionero y antropólogo”. Lima, Centro Cultural José Pío Apaza, 2012
** Rolando Rojas Rojas: „La revolución de los arrendires”. Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 2019, p. 139
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