Ya no te quiero. Y en mi alma
se extiende oscura noche
sin luceros. Ya no me cautiva
tu voz y gélido silencio
ha caído sobre mi corazón.
Te miro apaciblemente,
altivamente. Y mi mano no se estremece
al tocar la tuya, ni me emociona
tu beso, como ayer. Ya no te quiero.
Estoy sola y libre, con mi orgullo;
me siento rescatada, he roto
este amor imposible, esta ilusión que fué
tristeza. Nada me amarra a ti.
Puedo cantar en paz. Mi amor es rosa deshojada
y ni el recuerdo ha de vivir en mi.
¡Oh noche sin canción y sin estrellas!
¿Qué se ha hecho mi amor, ese amor
que eras tu, tu voz, tus ojos y tus manos?
¿Cómo vivir sin adorarte, mi amor?
¿Cómo vivir sin el dolor de quererte?
Ya no te quiero. Y porque no te quiero
como ángel sombrío me acompaña
la desolación.
Del libro de María Wiesse:
"Rosa de los vientos"
Lima, 1949
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