Estos últimos días pude darme un tiempo para leer novelas sin parar, como en mis viejos tiempos. He leído pues "Cárceles del alma" del escritor húngaro Lajos Zilahy, cuya acción transcurre entre Budapest y Tobolsk en Siberia, antes y durante la Primera Guerra Mundial. Leí luego dos novelas de Maria Rodziewiczówna: "La madre" (Macierz) y "El polvo gris" (Szary proch), escritas en polaco arcaico y cuya acción transcurre en la Lituania de antes de la Primera Guerra Mundial. Y por último "La otra chica Bolena" (The other Boleyn girl) de Philippa Gregory, novela que supuestamente sirvió de base para la película del mismo nombre, si bien la versión cinematográfica es tan diferente que pareciera estar basada en otra novela. Hace un tiempo vi esa película y vi también la serie completa de "Los Tudor", serie de primera, producida por la televisión británica. Cuánto más profundizas en el estudio de la historia, tanto más coincides con Shakespeare, quien dijera a través de la boca de alguno de sus personajes, que la historia pareciera ser un cuento contado por un loco. No recuerdo la cita exacta, pero sí el sentido de la misma.
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