miércoles, 10 de febrero de 2016

Sobre "Viaje a Tombuctú" de Rossana Díaz Costa

Prosiguiendo con el ciclo de entradas sobre cine y política, aquí van mis impresiones sobre la película “Viaje a Tombuctú” de Rossana Díaz Costa. Y pongo impresiones adrede, porque se trata puramente de impresiones personales y no de una crítica de cine.

Solo diré que si bien la película no está a la altura de lo que quiere mostrar, es decir del horror que significaron para muchos de nosotros los ochenta, tiene algunas cosas, que al menos a mí, me tocaron al punto de hacerme llorar. Primero la dedicatoria. La película está a dedicada a aquellos que fueron jóvenes en el Perú de los ochenta, quienes a pesar de tener un cuchillo clavado en la espalda, no sólo siguieron corriendo, sino que sabían hacia donde correr. Allí asomaron unas cuantas lagrimitas. No recuerdo la cita exacta, pues vi la película hace más de un año, y no la encuentro en internet. Pero la cita expresa plenamente mi percepción del asunto. A pesar de tener un cuchillo clavado por la espalda, yo y Fernando seguimos corriendo y asombrosamente sabíamos hacia donde correr, al punto de haber logrado criar seis hijos, en medio de esas circusntancias.
Punto dos: la escena final en el aeropuerto. Luego de haberse despedido de los abuelos, quienes jamás lograron regresar a su Italia natal, Ana, con lágrimas en los ojos, rememora escenas de su vida limeña, o más bien chalaca, mientras espera el avión que la llevará a las Europas. Y me recordé a mi misma, llorando en el aeropuerto, el día ocho de setiembre de 1989, a punto de partir a comenzar una vida nueva al otro lado del mundo, adonde jamás retornaron mis abuelos, dejando en Lima, si bien con los pasajes ya comprados, a mi esposo y mis hijas. Allí si, acabé llorando a mares.
Entiendo que Rossana Díaz Costa está por pasar al lenguaje cinematográfico "Un mundo para Julius" de Alfredo Bryce Echenique. Empresa nada fácil por tratarse de una de las obras cumbres de la literatura peruana y en la cual le deseo mucho éxito.

Lima, 17 de mayo del 2015

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