Se muere en cualquier punto de la vida. Y los hechos del hombre,
contenidos entre su nacimiento y su muerte, parecen a veces un absurdo. ¿Pues quién es capaz de recordar, por si acaso, que cada instante que transcurre podría ser su último gesto? La muerte coge a veces al hombre in fraganti,
antes de que pueda tomar cualquier medida de precaución. El plan
de vida más lógico, la
fórmula más calculada, se derrumba de pronto al revelarse la última
incógnita.
En el caso de Zenon Ziembiewicz,
tal vez fuera ésta tan sólo una objetivización del asunto. Porque
mientras vivía – viéndolo desde su propia perspectiva, situado en
medio de la vida, asegurado y de alguna manera justificado por su
conciencia – seguramente se veía diferente. Tenía sus principios,
motivos y razones para actuar de ésa, y no de otra manera.
Zofia Nałkowska: "El límite"
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