Esta será una breve reseña biográfica del ocultista polaco Czesław Czyński (1858 - 1932), titulada "Czesław Czyński. El adepto negro” de Zbigniew Łagosz.
En el primer capítulo el autor nos habla de los orígenes familiares del personaje en cuestión. Czesław Czyński procedía de una familia de frankistas. (Vale decir, de los seguidores de Jakub Frank, convertidos al catolicismo). Se crió en Francia, donde sus padres se vieron obligados a emigrar luego del Levantamiento antizarista de 1863, en el que su padre participó activamente. Luego de aproximadamente doce años se establecieron en Galitzia, la región de Polonia que formaba parte del Imperio Austrohúngaro. Czesław era uno de los once hijos que su madre tuvo en dos matrimonios. Tenía a la sazón 28 años, cuando su padre, Józef Czyński, se suicidó.
Siendo aún muy jovencito, Czesław entró a trabajar de practicante en la „Librería Polaca” de la ciudad de Lwów. Pero su jefe, Adam Bartoszewicz, se quejaba de que se dedicaba más a leer que a trabajar. Por lo que en 1879 lo envió a vender libros en la región de Galitzia. Pero Czesław jamás rindió cuentas de cómo le fue con el negocio, quedando en deuda con su jefe. Se estableció luego donde su hermano Ludomir, quien era panadero en la localidad de Jarosław, dedicándose a enseñar francés. Primero en una escuela de enseñanza media de esa ciudad y luego en diferentes instituciones educativas de la región de Galitzia.
Pero Czyński estaba obsesionado con que el mundo científico y/o académico lo reconociera como gran investigador en sus temas, cosa que no sucedía. Sus temas estaban ligados a la hipnosis, la grafología y el reconocimiento del carácter por la forma del cráneo, el rostro, así como de los dedos de las manos y los pies.
Así que partió a buscar suerte en París, donde se inició en la Orden Martinista, fundada por Papus. Desde ese instante, se convirtió en su discípulo hasta el fin de sus días.
Un tiempo después, Czyński conoció en Dresden a la baronesa Hedwig von Zeidlitz. El ocho de febrero de 1894 en el vestíbulo del Hotel Europeo de Munich, se realizó el falso matrimonio entre ambos. Y pongo „falso”, puesto que Stanisław Wartalski, quien ofició de pastor, en realidad no lo era. Unos días después, el 16 de febrero del mismo año, en una reunión a la que los „recién casados” acudieron, para supuestamente, recibir la bendición del padre de Hedwig, Czyński fue apresado. Lo acusaron de haberla inducido a tal acto, mediante la hipnosis, si bien Hedwig lo negó rotundamente. Posteriormente, la acusación fue cambiada por la de bigamia. Pero la pareja quedó definitivamente separada. Luego de tres años de prisión Czyński fue liberado y partió a San Petersburgo.
Y aquí tenemos que volver a mencionar a Papus, quien viajó tres veces a Rusia, a encontrarse con el zar Nicolás II y su esposa. Predijo al Zar que lo matarían los revolucionarios. Pero le prometió que mientras estuviera vivo, velaría por él. Aparentemente le advirtió que se cuidara de Rasputín.
A Rusia también llegó, recomendado por Papus, su maestro, llamado Philippe de Lyon. Éste le habría predicho a la Zarina, que tendría un hijo varón, cosa que ella deseaba ardientemente, pues la continuación de la dinastía estaba en peligro, pero el embarazo resultó ser falso. Luego del escándalo, pues el tema trascendió a la prensa, Philippe fue desterrado de Rusia.
Así estaban las cosas, cuando Czesław Czyński, como representante de la Orden Martinista para Rusia y demás países eslavos, hizo su entrada en San Petersburgo, vinculándose al Zar Nicolás II. Sin embargo, luego de un tiempo, fue confinado por orden del Zar, en la propiedad de Koczewo, que mientras tanto, había adquirido. El confinamiento se debía, según Czyński, a las intrigas de Rasputín, quien no deseaba competencia en la Corte.
Luego de algunos años se fugó a Varsovia, ocultándose de la policía zarista en un manicomio y declarándose luego muerto. Pero aquel mundo se acabó, Polonia recuperó su independencia y cayó el Imperio Zarista, por lo que Czyński salió de su escondite.
Se quedó en Varsovia, dedicándose a la Orden Martinista y a enseñar los temas que siempre le habían apasionado. Hasta que, sin prueba alguna, fue acusado de satanista. El ataque incluyó difamaciones en la prensa, e incluso la publicación de novelas policíacas, en la que se le mencionaba con nombre falso, pero reconocible. El autor de las novelas era Stanisław Wotowski, dueño de una agencia de detectives y aparentemente, miembro del Servicio de Inteligencia. Quien estuvo detrás del complot fue el Cardenal Albin Dunajewski, quien se atenía a las directivas de la Encíclica antimasónica del Papa León XIII.
A raíz de los ataques, Czyński cayó en la miseria, siendo acogido por su sobrina. Se dedicó a levantar cartas natales por el módico pago de cinco zlotys. Vendió su departamento, para adquirir uno más pequeño, donde falleció, luego de recibir la extremaunción, en 1924.
Esta reseña es apenas una breve pincelada de la biografía alucinante de un personaje, digna de ser llevada al cine.
Ficha bibliográfica:
Zbigniew Łagosz: „Czesław Czyński. El adepto negro” (Czesław Czyński. Czarny adept)
Varsovia, Wydawnictwo Okultura, 2017
Número de páginas: 272
Idioma: Polaco
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