Esta será una breve reseña de la novela "Operativo Día de la Resurrección" de Andrzej Pilipiuk.
Corría el año 2014. El mundo había sido devastado por la Tercera Guerra Mundial, a la cual había sobrevivido tan una mínima parte de la humanidad. La contaminación producida por los residuos radioactivos apenas permitía que creciera algo sobre la faz de la tierra. En la ciudad de Varsovia, de la cual quedaban sobre todo ruinas, un Instituto Militar, utilizando los últimos avances científicos, trataba de hallar una solución al asunto. Fue allí donde surgió el proyecto Operativo Día de la Resurrección, dirigido por el profesor Igor Rawicz.
La idea era viajar al pasado para esterilizar a Piotr Citko, antepasado del presidente polaco Paweł Citko y evitar de esa manera la Tercera Guerra Mundial, que éste involuntariamente provocó. El día en que eso sucediera, cambiaría el curso de la historia. La tierra se descontaminaría, volverían a la vida aquellos que la habían perdido a causa de la guerra y el Instituto desaparecería, pues ya no tendría razón de ser. De allí el nombre del operativo: Día de la Resurrección. Está demás decir que se trataba de un secreto de Estado.
Se hicieron múltiples pruebas, seleccionando a un grupo de jóvenes para que viajaran en el tiempo, hallaran a Piotr Citko y cumplieran con el objetivo. Todos los integrantes del equipo fueron seleccionados, entre otras cosas, por no tener una familia que los reclamara en caso de que desaparecieran para siempre, sin regresar jamás del pasado. Paweł Trusiński se crió pastando ovejas en Kazajistán. Sławek Polański creció en un orfanato, como hijo de madre soltera y padre desconocido. Pero sabiendo que era hijo natural del presidente Citko, cosa que el equipo del profesor Rawicz no sabía. Con la salvedad que al quedar estéril su antepasado, se borraría de la historia, la posibilidad de la existencia de Sławek. Los padres de Magda Błońska habían muerto en Bruselas durante la explosión atómica. La chica hablaba polaco, francés y alemán y era una lumbrera en cuanto a conocimiento histórico. Los padres de Filip Berg tampoco sobrevivieron a la catástrofe, por lo que el joven fue a parar a un campo de refugiados. Antes de la guerra se había estado formando para aviador en una Escuela Militar, que había quedado reducida a ruinas. En el refugio donde funcionaba el Instituto conocieron a Michał Piecuch, el único sobreviviente de los anteriores saltos en el tiempo.
Luego de una breve capacitación de dos semanas, durante la cual los chicos aprendieron de física, historia y algunas cosas más, se procedió a enviar al primer par al pasado. Así fue como Michał y Paweł llegaron a Varsovia el once de septiembre de 1895, a pesar de que el vehículo del tiempo había sido programado para que fuese a fines de agosto de 1896. Esa región de Polonia era en aquel entonces parte del Imperio ruso bajo dominio zarista.
Pronto Michał se enfermó del hígado, por lo que retornó para tratarse al futuro, mientras que Paweł se quedó en el siglo XIX. A la madrugada siguiente de la partida de Michał, Paweł fue detenido por la Ojrana, el Servicio de Inteligencia del Zar. Desde su celda Paweł logró enviar un mensaje al futuro, en respuesta al cual llegaron Filip y Magda al pasado, con la misión de rescatarlo. Luego de algunas aventuras. los tres lograron retornar al siglo XXI, dejando la misión inconclusa.
Unos días después Filip y Sławek partieron al pasado con el objetivo de finalizar la misión, pero llegaron a Varsovia en octubre de 1624, bajo el reinado de Segismundo Tercero, en medio de una peste que iba arrasando el país. Vivieron dos semanas de martirio, durante las cuales trabajaron enterrando a las víctimas de la epidemia y ayudando en la quema de sus pertenencias, pues según las creencias de la época, eso habría de impedir la expansión de la peste. Finalmente lograron retornar al futuro, justo a tiempo para curar a Sławek, quien se había contagiado de la temible enfermedad.
Luego de múltiples aventuras, los jóvenes llevaron a cabo su objetivo, esterilizando a Citko, mientras este se encontraba en brazos de Tatiana, hija del capitán Sergiei Nowych, quien había hecho capturar y torturar a Paweł. Y es que Piotr Citko había resultado ser un delator, que le pasaba datos sobre los seguidores de la causa independentista polaca a la Ojrana.
Finalizado el operativo, Filip, el único sobreviviente del grupo, se acercó al cementerio, antes de retornar al siglo XXI. Allí, a través de un dispositivo de forma felina, habló con alguien que provenía de otros futuros. Ese alguien le dijo, que al interferir en el curso de la historia, se generaban diferentes líneas de tiempo, simultáneas entre sí. Líneas que ellos analizaban, interviniendo para modificar algunos hechos, solo en casos estrictamente necesarios.
Tal como siempre, el autor hace gala de su conocimiento histórico. Nos muestra la Varsovia del siglo XIX, haciéndonos saber qué iglesias ortodoxas desaparecieron, ya sea por cambio de uso, ya sea por la destrucción de la que fueron objeto, luego de la Primera Guerra Mundial. Nos enteramos cómo se llamaban las calles, que los personajes conocen por los nombres que llevan en el siglo XXI. Así como cuales eran las disposiciones para combatir la peste en el siglo XVII. Al pasar las páginas del libro, nos sentimos pues también, como una suerte de viajeros en el tiempo…
Ficha bibliográfica:
Andrzej Pilipiuk: „Operativo Día de la Resurrección” (Operacja Dzień Wskrzeszenia)
Número de páginas: 496
Idioma: Polaco
Lublin - Varsovia, Editorial Fabryka Słów, 2016
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